Las cifras presentadas este miércoles por la Organización Internacional para las migraciones de la ONU hablan del doble de fallecidos durante los seis primeros meses del año, comparando 2021 con 2020. Eso son al menos 1146 personas muertas en el Mediterráneo y el Océano Atlántico entre enero y junio de este año.
Por supuesto, estas cifras van unidas a un importante aumento de migrantes intentando llegar a Europa, un 58 por ciento más solo en el Mediterráneo, con la ruta entre Libia e Italia siendo tanto la más concurrida como la más mortífera, 741 muertos.
El tramo atlántico entre África Occidental y las Islas Canarias sumó 250 fallecidos, y 149 personas más perdieron la vida tratando de llegar a España por la ruta del Mediterráneo Occidental. Esto son números oficiales. La ONU recuerda que podrían ser y seguramente sean muchos más.
Las causas de este dramático aumento no solo tienen que ver con el aumento de intentos. Las ONG denuncian como la intención de los gobiernos europeos de delegar las tareas de búsqueda y rescate a los países del norte de África se traduce en menos recursos para gestionar dichas operaciones. Las restricciones de algunos gobiernos a embarcaciones de organizaciones no gubernamentales también ha influido negativamente.
