Arte y fe: el mosaiquista de José Gregorio Hernández
800 Noticias
Cuando Luis Enrique Mogollón realizó el mural de José Gregorio Hernández hace más de un año, no se imaginó que un día recibiría la llamada del párroco de Isnotú, estado Trujillo, Jhon Magdaleno Álvarez, para informarle que la obra sería develada en la ceremonia principal de beatificación del médico de los pobres en Caracas.
Desde pequeño cosechó el amor por las artes plásticas, cuando veía a su padre crearlas con pasión y fervor en el taller que poseen en Barquisimeto, estado Lara. Allí también nació.
En las mañanas estudiaba en el colegio Martín Tovar y Tovar y en el tiempo libre trabajaba y ayudaba a su progenitor, pero quería algo más: experimentar por cuenta propia el muralismo y ser artífice de nuevas creaciones.
“Quería hacer algo donde pudiera dejar huella, algo que marcara y dejara un legado. Comencé mis primeros pasos como mosaiquista con foami, me atreví a hacer una muestra que dio buenos resultados».
Entre sus obras destaca la llamada “Nuestro Santo Venezolano”, que consta de piezas hasta de un milímetro de espesor en los ojos para lograr efectos, mide 3, 10 metros de alto por 2,10 de ancho metro y está elaborado con cerámica importada y cristales y espejos.
Se mantenía allí guardada en el taller, a la espera de algún momento especial, ese que llegó en junio de 2020 cuando la Conferencia Episcopal de Venezuela anunció que José Gregorio Hernández sería beatificado.
“Hace muchos años, cuando era niño, mi hermano fue desahuciado por los médicos, incluso le llevaron padres a la casa para sus últimos momentos, fuimos innumerables veces al santuario de Isnotú, haciendo promesas para que mi hermano se curara. Ya hoy mi hermano es el alma de la fiesta, está totalmente sano”.
Lea el reportaje completo en Unión Radio