Anitta: «Me gusta mucho mi cuerpo y lo voy a enseñar si me apetece»
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Una explosión de color y energía inunda la pantalla en cuanto aparece Anitta (Río de Janeiro, 1993) toda sonrisa y un moreno envidiable. Lleva horas concediendo entrevistas promocionales, pero su rostro no acusa el cansancio. Se la ve encantada de entablar una nueva conversación; su lenguaje corporal está plagado de movimientos que siguen un beat armónico y revelan que está tan lista para responder a las preguntas para como para ponerse a bailar en cualquier momento.
La artista brasileña acaba de lanzar Funk Rave, el primer single de un nuevo álbum que verá la luz antes de final de año. Con él espera replicar el éxito de Envolver, un hit que alcanzó el primer puesto de la lista Global Spotify 200 y le valió, de paso, un récord Guinness como la primera cantante solista latina en alcanzar el número uno en Spotify global. Desde entonces, la bola de nieve no ha dejado de rodar, con una inercia que la impulsa siempre colina arriba. Lo atestiguan cinco álbumes de estudio -el último, Versions of Me, con el que consiguió la fama mundial-, 64 millones de seguidores en Instagram y casi seis mil millones de visitas y 17 millones de suscriptores en su canal de YouTube.
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Nominada al Grammy, Anitta ha sido la primera artista brasileña en ganar no uno, sino dos premios MTV, superando a sus colegas de lo urbano Bad Bunny, Karol G, J. Balvin, Daddy Yankee y Farruko. También ha colaborado con Madonna, Rita Ora, Maluma, Ozuna, Luis Fonsi y The Black Eyed Peas, por nombrar solo algunos. Desde fuera abruma escuchar todo lo que ha conseguido en la última década, pero, ¿y a ella? ¿Le afecta también el síndrome del impostor?
«A veces sí me toca un poquito, creo que a todos nos pasa a veces, pero es importante acordarnos siempre de todo lo que hicimos para llegar a donde estamos», asegura. «He luchado mucho por mi carrera, y no estoy dispuesta a quitarle importancia a los sacrificios que he hecho. Olvidamos las cosas con demasiada frecuencia y solo miramos p’alante, p’alante, p’alante… pero hay que mirar también hacia atrás, sobre todo en el sentido de ver todo lo que he logrado y cómo he llegado a tener tanto éxito».
Anitta nos recibe vía Zoom desde el espacioso -y luminoso- salón de su casa en Miami. Allí se siente cómoda hablando en inglés y cantando en español, o viceversa; lo que más le apetezca en cada momento. «Le he cogido el gusto a estar por aquí, se escucha una mezcla de español e inglés todo el rato que me atrae muchísimo», afirma.
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