Angela Merkel iguala la marca alemana de permanencia en el poder
EFE
La canciller alemana, Angela Merkel, igualó este domingo la marca de permanencia en el poder del patriarca conservador Konrad Adenauer y se orienta ya hacia el récord absoluto en esa disciplina, cuyo titular es Helmut Kohl.
Un total de 5.143 días han pasado desde que Merkel se convirtió en la primera mujer y la primera persona crecida en el este de Alemania que alcanzó la Cancillería, el 22 de diciembre de 2005. Los mismos que detentó el poder, entre 1949 y 1963, Adenauer, el canciller fundacional de la República Federal de Alemania (RFA).
Merkel no tiene previsto ninguna celebración pública, afirma el popular diario «Bild», que destaca lo que le queda por delante hasta pulverizar la marca absoluta de 5.869 días. El periodo que estuvo Kohl en la Cancillería, desde el 1 de octubre de 1982 al 26 de octubre de 1998.
Son 726 días hasta igualar en tiempo a quien se considera el «canciller de la reunificación». Kohl dirigió el proceso político que arrancó de la caída del muro de Berlín -el 9 de noviembre de 1989- y derivó once meses después en la incorporación a la RFA del territorio de la República Democrática Alemana (RDA). Fue el primer canciller federal que gobernó una Alemania amplificada a 80 millones de habitantes.
UNA CARRERA DE OBSTÁCULOS
Merkel, la «muchachita del este», como le llamó Kohl al incorporarla a su gobierno como ministra de la Familia, en 1991, no tiene asegurado ese récord. No solo porque ella misma ha anunciado que no optará a un quinto mandato, sino también por las debilidades de su gran coalición, la «groko».
La veterana entre los líderes europeos logró con penas y trabajos un cuarto mandato seis meses después de las generales de 2017. Su bloque conservador había ganado, pero con el resultado más bajo en unos comicios nacionales desde los años 50, un 32,9 %.
Peor aún le fue al Partido Socialdemócrata (SPD), que cayó al mínimo histórico del 20,5 % en unas generales. Quedaron abocados a regañadientes a ir a otra «groko», la tercera en las cuatro legislaturas de Merkel, mientras la ultraderecha entraba en el Bundestag (Parlamento federal).
A cada crisis, grande o pequeña, regresa a los medios alemanes un término aplicado a la canciller: el de la «Merkeldämmerung» -el ocaso de Merkel-.
EL CONTADOR EN MARCHA
Para alcanzar a Kohl tiene que mantenerse en el poder -en la impopular «groko» o en un gobierno en minoría- otros dos años menos cuatro días. Es decir, hasta más allá de las generales a las que no piensa concurrir.
De no haber comicios anticipados, la cita con las urnas será en septiembre de 2021. Si la formación del siguiente gobierno se prolonga, algo nada inusual en Alemania, Merkel seguiría en el poder en funciones.
El marcador entró en esos dos años menos cuatro días. A la «groko» se la ha dado muchas veces por muerta; pero lo cierto es que cruzó ya el ecuador de la presente legislatura.
VEINTE AÑOS DE «EMANCIPACIÓN»
Mientras «Bild» echa cuentas sobre el incierto récord que le falta a quien ya acumula muchos hitos, el diario «Süddeutsche Zeitung» recuerda otro aniversario: los 20 años desde que Merkel sentenció el fin de la «era Kohl».
Fue el 22 de diciembre de 1999, en una columna publicada en «Frankfurter Allgemeine Zeitung» -la FAZ, arquetipo de la prensa conservadora seria. Merkel, entonces secretaria general de la Unión Cristianodemócrata (CDU), llamaba al partido a emanciparse de Kohl.
Unas semanas antes había estallado el escándalo de las cuentas secretas del partido. La CDU llevaba un año en la oposición; la cancillería la ocupaba el socialdemócrata Gerhard Schröder en coalición con los Verdes.
Kohl, tras 16 años en el poder y 25 al frente de la CDU, acaparaba de pronto titulares no como el canciller de la reunificación, sino como el responsable de un sistema de cajas negras del partido. Un escándalo que salpicó a quien era su delfín y sucesor al frente de la CDU, Wolfgang Schäuble.
Cuatro meses después de su artículo, Merkel se convirtió en la primera mujer al frente de un partido acostumbrado a patriarcas como Adenauer o Kohl. EFE