Andrei Serbin Pont: Situación en Apure y con El Coqui no se pueden desligar
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Apure es mucho más que un estado de Venezuela, una zona de conflicto internacional, una tierra sobre la que se ha derramado la sangre de civiles y militares venezolanos. Apure es, hoy, objeto de análisis de expertos en materia de seguridad y analistas de la guerra y de la paz, como Andrei Serbin Pont, director de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (Cries).
En el país, en los últimos 10 o 15 años, se han normalizado acciones como “delegar funciones del Estado en grupos paraestatales, el repliegue del Estado en funciones, incluido el control territorial, lo que ha llevado a que ciertos grupos, como el Frente X de las FARC, comiencen a disputar el control del territorio y el ejercicio de la fuerza al mismo Estado venezolano, porque obviamente tiene intereses financieros y quizá políticos”.
¿No había una alianza entre esta administración y la guerrilla o exguerrilla?
-Habían pactado en diferentes instancias ciertos niveles de convivencia, a veces de coordinación, a veces de cooperación. Dependía mucho del contexto regional específico. Sabemos que las FARC están divididas en multiplicidad de grupos, a veces era el ELN, a veces eran otros grupos vinculados con el tráfico de diferentes bienes, legales o ilegales. Eso va variando mucho. Lo que pasa es que en Apure se da una disputa entre dos facciones, la Segunda Marquetalia y el Frente X, lo que lleva a que el régimen decida apoyar a uno de sus socios. O por lo menos eso es lo que llegamos a comprender hasta ahora, porque hay muy poca información disponible. Ahí es que entra en conflicto específicamente con el Frente X, que tiene sus intereses en esa región, que quiere mantener su presencia y que cuestiona el rol del Estado venezolano dentro de ese estado.
El problema no es solo Apure
Apure es el epicentro de una problemática más amplia. Es donde estamos viendo una reacción más fuerte del Estado, posiciones más combativas de estos grupos paraestatales. Pero el problema se puede replicar, ya se empieza a replicar. No podemos despegar la situación en Apure de lo que pasa en Caracas con la banda de El Coqui, porque la fin y al cabo, a pesar de que tienen características diferentes, estas organizaciones criminales lo que están haciendo es llevando adelante y expandiendo sus operaciones financieras con tráfico de bienes ilícitos y extorsión, y a la vez le disputan al Estado sus funciones centrales. El Coqui no permite que el Estado en los territorios que él quiere controlar; es más, atenta contra las instalaciones del Estado y las fuerzas del Estado. Apure capaz es, hoy por hoy, el ejemplo más claro de esta conflictividad, pero fácilmente se puede empezar a replicar en otras partes de Venezuela. Eso es lo que nos tiene que empezar a preocupar. ¿Qué pasa si el día de mañana otro grupo, de similares características, empieza a hacer lo mismo?
Apure y El Coqui no necesariamente están vinculados, pero en cuanto a lo que significan para el Estado y la Fuerza Armada son una problemática similar: “Grupos paraestatales que están expandiendo su influencia, su poder, su accionar; y un Estado que se contrae y no puede ejercer sus funciones básicas”.
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