Análisis| Venezuela; ganar perdiendo - 800Noticias
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EFE

 Pese a caer una vez más en cuartos contra Argentina, ante la que tuvo pocas opciones, Venezuela abandona la Copa América con sensación de triunfo, convencida de que está más cerca de acudir a su primer Mundial que hace un mes.

«Para nosotros, la eliminatoria ya comenzó, porque todo esto se parece a lo que es la competencia de eliminatorias». La imagen que proyectó Rafael Dudamel, tras perder con la Albiceleste (0-2) fue la de un técnico esperanzado, tras comprobar que su equipo ya está preparado para afrontar su gran reto.

Es la Copa del Mundo de Catar la gran obsesión de la Vinotinto. Convertida en la única selección sudamericana que no ha acudido nunca a una fase final, Venezuela se ha puesto como objetivo estar presente en el primer mundial árabe. Y se siente capaz de conseguirlo.

En Brasil ha reforzado sus argumentos. Ha demostrado que puede competir con selecciones como Brasil o Perú e, incluso, lograr que Argentina tema por la eliminación, como ocurrió en las jornadas previas a su enfrentamiento.

«¿Quién iba a pensar que una vez se enfrentarían Argentina y Venezuela y no habría un favorito claro?». Dudamel sintetizó con esa frase la sensación que provocaba el cruce de cuartos la víspera del choque.

Invicta en la ronda de grupos, por una vez el eje de la información sobre la Vinotinto dejó de ser cómo asumen los jugadores la situación que se vive en su país -pregunta recurrente en todas las zonas mixtas-. Ahora, comenzó a interesar su capacidad, las posibilidades que tenían de dejar fuera del torneo a Leo Messi.

Dudamel, que recurrió a «Pacho» Maturana para que, desde la sombra, tapase con su experiencia los vacíos que él pudiera tener en la preparación de grandes competiciones, ha ejercido como un perfecto equilibrista.

Primero, se mantuvo sobre el alambre para no involucrar a la Vinotinto en la disputa política que rompe el país.

Con la práctica totalidad de su plantilla jugando fuera de Venezuela, y la mayoría de ellos muy críticos con Nicolás Maduro, el técnico no dudó en convocarlos, como tampoco lo hizo para denunciar la utilización política que el embajador de Juan Guaidó en Madrid trató de hacer de su visita al hotel del equipo que se preparaba para enfrentarse a Argentina, en el amistoso de marzo pasado.

Dudamel, que vive en Colombia, envió entonces un mensaje claro: puso el cargo a disposición de la Federación, porque, como dijo «la Vinotinto es la selección de todos los venezolanos».

En Brasil, además, ha buscado equilibrar su plantilla entre el respeto que merece la generación que puso a Venezuela en el mapa (Roberto Rosales, Tomás Rincón, Salomón Rondón) con aquellos que se proclamaron hace dos años subcampeones del mundo sub’20.

Wuilker Faríñez, Ronald Hernández, Yangel Herrera o Yeferson Soteldo se han integrado sin problemas en la selección absoluta y anticipan una transición sin traumas.

Venezuela, que ya tiene por detrás a Paraguay, Ecuador y Bolivia en la clasificación mundial de la FIFA, busca nuevas víctimas, toda vez que, en la próxima Copa del Mundo, la Conmebol seguirá teniendo 4’5 plazas, al no ampliarse Catar 2022 a 48 equipos. Y la Vinotinto no está dispuesta a posponer su sueño.

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