#ANÁLISIS | Venezuela de vuelta al patrón oro, pero en criptomoneda
Con información de DW news
Los fanáticos de las criptomonedas han acariciado el «oro negro» esta semana. Porque Venezuela llevó a cabo su anuncio de diciembre y lanzó su propia moneda digital, el Petro. Lo que hace distinta a esta moneda es que el valor de un Petro está respaldado por el de un barril de petróleo. Esto significa que, en caso de que esta divisa digital pierda valor, siempre puede ser canjeada por la cantidad de petróleo correspondiente, al menos en teoría. No está claro todavía cómo podrá llevarse a cabo esta equivalencia en realidad. Y ya se ha anunciado el siguiente paso: al Petro respaldado por las reservas de petróleo le va a seguir el Petro respaldado por las de oro.
«Enfoque interesante»
Para el Petro, el gobierno del país ha reservado un campo petrolífero de la región del Orinoco. Este debería bastar para garantizar el valor de hasta 100 millones de Petros, que sería el máximo del total de la emisión de la moneda. Inicialmente, se sacaron a la venta 38 millones de petros; en un segundo tramo, otros 44 millones. El resto queda en manos del Estado. El lanzamiento ha sido un éxito: según el presidente Nicolás Maduro se han recibido intenciones de compra por valor de 735 millones de dólares sólo en las primeras 20 horas, el equivalente a casi 600 millones de euros. Un dato que todavía no puede ser contrastado.
El precio de un Petro es de 60 dólares, más o menos el de un barril de petróleo crudo en los mercados mundiales. «Creo que es un enfoque interesante», dice Philipp Sandner de la Escuela de Finanzas y Administración de Fráncfort. Él es especialista en monedas digitales y la tecnología subyacente, conocida como blockchain (‘cadena de bloques’). «Porque eso puede suponer que dentro del sistema de criptomonedas, haya monedas más estables que, por ejemplo, el Bitcoin o cualquiera de las otras monedas virtuales».
Lucha contra la inflación desbocada
El resto de monedas digitales no están respaldadas. El mero hecho de confiar en su valor es lo que se lo confiere. Si la confianza aumenta, el valor sube. Si se hunde, los precios también. Así, los mercados de divisas digitales son muy volátiles. Y, de hecho, están experimentando fuertes oscilaciones de precios. Aparentemente, el controvertido presidente de Venezuela está tratando de aprovechar el momento, los excesos que rodean a criptomonedas como Bitcoin, para intentar hacer caja. El país atraviesa graves problemas económicos, además de políticos: la inflación está en el 4000%, por lo que el bolívar venezolano está perdiendo rápidamente valor.
«El Petro fortalece nuestra independencia y nuestra soberanía económica», subrayó Maduro. Esto, a su vez, está dirigido contra otros países, especialmente los Estados Unidos, que sancionaron a Venezuela y han reforzado a principios de año las restricciones. Con la introducción de Petro-Oil y Petro-Gold, el gobierno quiere restablecer la conexión con los mercados internacionales de capital. Porque si la venta de Petros fuera realmente un éxito, el país, directa o indirectamente, volvería a disfrutar de una moneda fuerte.
Experimento incierto
Hace años ya que se libra una amarga lucha de poder entre el gobierno socialista de Maduro y la oposición. La lucha, a veces sangrienta, ha sumergido a Venezuela en una profunda crisis política y económica. La oposición acusa al presidente de silenciar a los críticos y convertir a Venezuela en una dictadura. Maduro, sin embargo, sospecha que los líderes de la oposición derechista planificaba un intento de golpe de estado con ayuda de Estados Unidos. Este país ya ha advertido a sus ciudadanos que no pueden comprar Petros, ilegalizados por las sanciones: el Fisco estadounidense considera la adquisición de Petros como un préstamo al gobierno venezolano.
En cualquier caso es una buena jugada del gobierno venezolano. En tiempos de agitación monetaria, puede surgir añoranza por los tiempos en que las monedas aún estaban respaldadas por bienes físicos, como el oro. Por lo tanto, se puede considerar al Petro como un experimento, como una vuelta al patrón oro en el mundo digital.