Análisis | El fracaso del enésimo intento de diálogo abre futuro incierto para Venezuela
EFE
El fracaso del último intento de diálogo de Venezuela abre un futuro incierto para este país que se dirige a unas elecciones el próximo 22 de abril en las que el mandatario Nicolás Maduro aspira a la reelección y la oposición aún no ha decidido si participará.
El diálogo se quebró este miércoles tras no lograr consensuar la fecha y las reglas de juego de las elecciones, por lo que la falta de un acuerdo favorece el camino para que la comunidad internacional no reconozca estos comicios e intensifique las presiones al Gobierno venezolano, según algunos analistas.
Mientras la oposición, que está dividida, debate si participa o no en las elecciones, el Departamento de Estado de Estados Unidos ya ha prometido «seguir presionando» al Gobierno de Caracas al considerar que los comicios se van a celebrar «sin garantías» de que sean «justos, libres y validados internacionalmente».
También el pleno del Parlamento Europeo aprobó este jueves una resolución que pide ampliar las sanciones impuestas por la Unión Europea a nuevos altos cargos del régimen venezolano, incluido el presidente Maduro y sus colaboradores.
El naufragio del diálogo no ha sido visto con sorpresa por algunos analistas que consideran que lo único que quería el Gobierno venezolano con estas conversaciones, a las que la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) acudió dividida, era ganar tiempo.
Después de meses de conversaciones, que se celebraron en un total hermetismo, todo estaba preparado el pasado martes en la Cancillería dominicana para la firma de un acuerdo que establecía la fecha del 22 de abril para las elecciones, después de que el Gobierno venezolano hubiera propuesto que fueran el 8 de marzo, mientras la oposición pedía el 10 de junio.
Pero los opositores se negaron a firmar el documento por considerar insuficientes las garantías dadas para las presidenciales y presentaron a su vez este miércoles otro texto, que fue rechazado por el Gobierno venezolano, por lo que el diálogo entró en un «receso indefinido», según anunció el presidente dominicano, Danilo Medina.
El documento, que según el Gobierno venezolano ya estaba consensuado al cien por cien con la oposición, fue firmado este miércoles por el presidente Maduro, quien aseguró que lo va a cumplir en todas sus partes.
Para el Gobierno venezolano fueron las presiones exteriores las que impidieron la firma de un acuerdo conjunto.
Así, el portavoz del Gobierno venezolano en el diálogo, Jorge Rodríguez, denunció que «en un acto bochornoso» el diputado Julio Borges, al frente de la delegación opositora, recibió en medio de las conversaciones en la capital dominicana este martes una llamada telefónica desde Bogotá, donde se encontraba de visita el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, para que no suscribiese el acuerdo.
La negativa de la oposición a firmar el acuerdo fue «inesperada» para el expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, facilitador del diálogo junto a Medina, según expresó en una carta que envió este miércoles a los dirigentes opositores en la que les pidió suscribirlo.
Por su parte, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) pidió en su propuesta de acuerdo que se levanten las inhabilitaciones políticas al dos veces candidato presidencial Henrique Capriles y a Leopoldo López, bajo arresto domiciliario.
En la propuesta opositora se pide también legalizar a las formaciones Primero Justicia (PJ), Voluntad Popular (VP) y a la MUD, luego de que las tres organizaciones fueran anuladas por decisiones del Consejo Nacional Electoral (CNE) y del Tribunal Supremo de Justicia, así como otras garantías electorales.
El diálogo, inició formalmente en diciembre pasado y que ahora ha quedado en una vía muerta, tampoco cuenta ya con el acompañamiento de Chile que anunció este miércoles que suspendía indefinidamente su participación al no haberse acordado condiciones mínimas para una elección presidencial democrática.
Pese a todo, el presidente dominicano aseguró que ambas partes han pedido mantener las puertas del diálogo abiertas y consideró que tendrán que volver a las conversaciones en algún momento «porque no hay otro camino para el entendimiento de los pueblos que no sea a través del diálogo».