Ampuero: Cuba es un caso agónico que busca oxígeno a través de Putin
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Continuando con la serie de entrevistas exclusivas para OGAL, el excanciller chileno Roberto Ampuero, integrante del Consejo Consultivo del Observatorio Geopolítico de América Latina, responde las 4 preguntas medulares de estas conversaciones exclusivas con nuestros colaboradores. En esta entrevista, el diplomático y reconocido escritor de Chile asegura que “es evidente que para llegar al poder y/o mantenerse en el poder, la izquierda extrema de la región recurre a nociones del marxismo-leninismo (Marx, Engels, Lenin) o bien a versiones neo-marxistas”. El coautor del afamado texto Los Conversos y de las novelas policiacas protagonizadas por el detective privado Cayetano Brulé, explica en este diálogo que “todo se trata de una ofensiva que comenzó a ser articulada después del desplome de los socialismos reales en la que fueron clave Fidel Castro, Chávez y Lula a través del Foro de São Paulo”.
Al excanciller Roberto Ampuero le preocupa que “EEUU, por todo, en la región se lo siente ausente, sin iniciativa concreta, sin política activa ni protagonismo, a la defensiva. Esto a la larga puede salir caro a las Américas en su conjunto y abrir él cause hacia un viaje sin retorno”.
A continuación la entrevista integra con nuestro invitado de hoy:
¿Cómo ve la amenaza del populismo en nuestro hemisferio?
Si hace unos decenios aparecía como un peligro en ciernes, como una amenaza, ahora ha tomado cuerpo en la región de modo palpable e irrebatible a través de regímenes dictatoriales o autoritarios o intentos golpistas. El excanciller durante el pasado gobierno de Sebastián Piñera, opina que “es evidente que para llegar al poder y/o mantenerse en el poder, la izquierda extrema de la región recurre a nociones del marxismo-leninismo (Marx, Engels, Lenin) o bien a versiones neo-marxistas (basadas hoy en Foucault, Laclau, Mouffe, Iglesias, Errejón, Linera, etc.)”.
¿Qué las une?
“La disposición a emplear “todas las vías” para conquistar el poder (electoral, candados constitucionales, asonada callejera, insurrección cívico-militar o armada), el objetivo estratégico (apernarse en el poder para realizar “transformaciones profundas” con vistas a refundar e incluso desmembrar a países y su identidad nacional), conformar una alianza con regímenes similares en la región y una asociación de complicidad y dependencia con sistemas enemigos de Occidente.
El reconocido intelectual chileno no duda en asegurar que “se trata de una ofensiva que comenzó a ser articulada después del desplome de los socialismos reales en la que fueron clave Fidel Castro, Chávez y Lula a través del Foro de São Paulo”.
Ampuero es más preciso en su análisis, comentando que “se trata de la contraofensiva de las izquierdas duras de la región tras 1989 en un formato nuevo (no nuevo en los objetivos finales) que les permite o les permita conquistar el poder bajo las circunstancias actuales, que siguen caracterizadas por la muerte del socialismo real y la inexistencia de proyectos revolucionarios que sean mínimamente democráticos, prósperos, viables y competitivos frente a la economía de mercado y la democracia”. El excanciller chileno comparte el criterio de que “se trata de fuerzas que buscan una alternativa que aún no logran definir y por lo cual su objetivo -la toma del poder- es lo esencial. Como bien dijo el Pdte. Gabriel Boric a la BBC: una parte de él “quiere derrocar el capitalismo” pero nadie sabe aún qué desea construir en su lugar”.
¿Cómo influye el eje Cuba, Rusia y China en América Latina?
Cuba ya no es modelo ni alternativa viable para nadie, sino “un caso agónico” que busca oxígeno en el modelo económico rufianesco de Putin.
China y Rusia o Vietnam son hoy los modelos viables, pero son modelos que tienen por base la economía de mercado, no la estatista comunista, de la que se apartaron porque se convencieron de que simplemente es un fracaso.
Pero una cosa es admitir aquello y optar por la economía de mercado cuando ya se está instalado en el poder sólidamente (y en graves apuros económicos) y otra cosa declarar aquello desde la calle y buscando el poder. Esa postura es desmovilizadora para las masas y nada épica para las izquierdas duras.
He allí la causa de su drama y de su peligrosidad: tienen modelos complejos de celebrar o proponer en clave revolucionaria.
En otras palabras: es difícil anunciar a las bases revolucionarias que se pretende conquistar el poder para conservar una economía capitalista e instalar a un único partido o dirigente per sécula en el poder. Pero, mucho cuidado, no hay nada más peligroso que fuerzas revolucionarias con una ideología en crisis y sin un proyecto viable.
¿Es la corrupción y la economía ilegal una base de apoyo financiero para impulsar a sus aliados al poder gubernamental?
Continuando con lo anterior: a falta de ideología coherente y modelo inspirador y viable, ¿qué queda como estímulo para los revolucionarios o “transformadores profundos”? (Ojo: la izquierda dura escondió el concepto “revolución” por desprestigiado y lo sustituyó por el de “transformaciones profundas”, que es todo y nada a la vez.
El excanciller Ampuero se pregunta: ¿Qué queda hoy entonces en el horizonte utópico de la izquierda utópica con modelos que no son ni viables ni alternativos? Pues muy simple: La captura de todo el poder para apoderarse de los recursos fiscales y privados. Allí está, a mi juicio, gran parte del germen de la corrupción.
Para el diplomático chileno y coautor del libro Los Conversos, “Chile está mostrando este proceso: el frenteamplismo de Boric ha quedado al descubierto por numerosos y millonarios fraudes al estado en año y medio de gobierno.
Y nobleza obliga: el expresidente Mujica, en Uruguay, mostró que otra izquierda es posible. Y creo que la ejemplaridad hoy de Uruguay a nivel regional tiene también en el fondo algo que ver con esa gestión ética de Mujica.
¿Cómo analiza la política internacional de los EEUU?
Roberto Ampuero lamenta que EEUU esté hoy más bien ensimismado en sus tensiones internas, centrado en frenar el avance de la influencia china a nivel global y la defensa de Europa frente a la invasión de Putin en Ucrania. Al excanciller Ampuero le preocupa que “por todo en la región se lo siente ausente, sin iniciativa concreta, sin política activa ni protagonismo, a la defensiva. Esto a la larga puede salir caro a las Américas en su conjunto y abrir él cause hacia un viaje sin retorno”.
Con información de OGAL
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