América Latina cerró 2021 con balance desfavorable en lucha contra grupos criminales
800 Noticias/Agencias
El combate a este flagelo ha resultado cuesta arriba con la llegada de cárteles de otros países latinoamericanos como México y Colombia sumados a la ampliación de la crisis y los conflictos sociales en Bolivia, Perú y Chile.
En materia de tráfico de drogas el crecimiento del accionar de las redes del narcotráfico se relaciona con el marco de la profundización del delito en Brasil, donde hubo avances que no han sido suficientes en el combate legal contra las organizaciones criminales y la presencia del grupo delictivo Primer Comando Central (PCC).
De la misma manera, el constante crecimiento que atravesó Paraguay en sus niveles de corrupción dentro de sus fuerzas de seguridad, aduanas y poder judicial se profundizó en el último año favoreciendo las actividades y operaciones del narcotráfico a gran escala de redes criminales brasileñas como también el aumento del ingreso de materia prima desde Bolivia y Perú para la elaboración de drogas sintéticas.
No han sido ajenas a esas turbulencias las redes transregionales manejadas por grupos que pertenecen a la mafia china que operan en la zona de Triple Frontera y manejan el comercio ilegal y el contrabando de cigarrillos e indumentaria de marcas internacionales falsificadas. Estos grupos no sólo se mantuvieron firmes en sus actividades sino que las han acrecentado durante el año 2021.
Todos estos puntos merecen la atención de políticas y controles de fronteras por parte de los estados afectados en el año que inicia para neutralizar situaciones anárquicas y el peligro de un crecimiento mayor de estos delitos en la media que esas redes criminales mantienen una actividad creciente en varios países de la zona utilizándolos como canales de penetración y destino para la comercialización de sus productos ilegales a través de distintos puntos fronterizos regionales.
En Perú, los históricos grupos delictivos continúan operando en el Valle del río Apurímac donde mantienen lazos estrechos con la organización autóctona-religiosa Inka al-Islam, una red que es la relacionada con Irán y que cuenta entre sus miembros con elementos retirados de fuerzas policiales y de seguridad peruanas asociados a elementos residuales de la organización terrorista de base maoísta Sendero Luminoso.
En Bolivia las redes cercanas a Irán integradas por ciudadanos originarios del Líbano residentes en Ciudad del Este se desplazan sin inconveniente entre Paraguay, Venezuela, Perú y Brasil. En lo político, la propaganda de estos grupos estuvo focalizada de forma cercana a los equipos de campaña del ahora presidente electo de Chile, Gabriel Boric; lo que indica y proyecta que muy posiblemente Chile sea un nuevo territorio en el cual estas redes se desarrollen y expandan en el corto plazo.
En Venezuela, la administración chavista ha controlado y acallado a base de represión y cárcel a los elementos de la oposición que denunciaron las actividades de estas redes con el objeto de mantener la estabilidad de sus políticas y los acuerdos de la administración de Maduro tanto con Irán como los grupos narco-terroristas colombianos instalados en su territorio y colabora con los grupos criminales en la extracción ilegal de oro en la zona conocida como “el triángulo minero de la Amazonia”, donde la fiebre del oro y los diamantes transformó esa área selvática en una zona donde no existe control estatal sobre el delito y las minas son controladas por bandas criminales de narcotraficantes y contrabandistas que somete a los aborígenes de la zona.
El fenómeno migratorio de Venezuela al resto de América Latina también trajo consigo serios problemas vinculados a la relocalización de redes clandestinas que se establecieron en varios países de la región con objetivos bien definidos de subvertir los ordenamientos democráticos allí donde emergieron.
Mientras tanto, en Perú se espera que el libanés Muhammad Ghaleb Hamdar, quien reconoció pertenecer a Hezbollah e ingresó a ese país con un pasaporte falso de Sierra Leona en 2014 con la misión de ejecutar ataques terroristas contra objetivos judíos y estadounidenses, vaya a juicio oral en Marzo próximo, aunque los cargos contra él se han debilitado con el cambio de gobierno desde la llegada del actual presidente Castillo.
Por otra parte, y no menos grave, es que durante el año que terminó ha sido evidente el incremento de ataques judiciales contra líderes políticos y ex-funcionarios de gobiernos latinoamericanos aliados o cercanos a Estados Unidos y contra todo aquel o aquello que presente un freno a las amenazas que encarnan los grupos criminales transnacionales y los movimientos populistas apoyados por Venezuela, Rusia e Irán. Así las cosas, es altamente probable que estos ataques se intensifiquen durante 2022 y en consecuencia, demanden a los Estados afectados y a los Organismos Supranacionales tomar firmes respuestas para enfrentar y neutralizar estos flagelos.
Con información de Versión Final