Alta Joyería de Chanel hace lujosa escala en Venecia
EFE
Hasta 1.900 horas de investigación y nueve meses de tallado ha requerido el collar de diamante amarillo, ónix, cornalina, ópalo de fuego y jade que Chanel presentó este miércoles en su nueva colección de Alta Joyería, setenta piezas únicas inspiradas en Venecia.
La firma desveló las joyas de su línea más exclusiva en sus salones privados, en la reputada Place Vendôme, donde coinciden algunos de los mejores orfebres del mundo, y para ello regresó a la pintoresca ciudad italiana donde la diseñadora Gabrielle Chanel se refugió para superar la muerte de su amante, Boy Capel.
Muchos de los símbolos preferidos de Chanel, una de las impulsoras de una moda cómoda que liberara a las mujeres, estuvieron presentes en la colección, como el león, las constelaciones, las cadenas, pero también los sombreros gondoleros y la bandera italiana.
Pero la pieza estrella, si bien no la más cara, fue «Camelia Bizantina», un colorido collar construido a base de mosaicos de diamante amarillo que dan una forma triangular a la gargantilla, coronada en el centro por la flor de camelia naranja y roja, con cornalina y ópalos de fuego.
Su concepción llevó al equipo joyero de la firma más de 1.900 horas y su tallado y montaje nueve meses.
Algunas joyas se inspiran de las islas que rodean Venecia y de sus técnicas, como el cristal de Murano, en piedras de cristal combinadas con diamantes amarillos, y otras recuperan el universo de Chanel, como los espejos venecianos que la creadora tenía en su apartamento.
Destacó también el collar «Éblouissante», con diamantes y oro rosa, que con sus formas geométricas, que se desmontan para transformar sus colgantes en pendientes, honraba la arquitectura de la ciudad.
El collar «Constelación Astral», de lapislázuli, zafiros amarillos y diamantes, reconstruye la fachada de la catedral de San Marco en su forma triangulada.
Los sombreros de gondoleros y los postes en los que atan sus barcas también se convirtieron en pendientes y colgantes, igual que las flores y el famoso motivo «matelassé» de Chanel, presente en sus bolsos acolchados.
Su pieza más cara fue «León secreto», un colgante de diamantes con dos leones tallados en la piedra protegiendo a una flor de camelia y sobre un diamante pera.
A pocos metros de Chanel presentó su colección Chaumet, que en esta ocasión tan solo desveló su nueva línea «Liens», Vínculos, con piezas sencillas con las que celebrar las uniones personales.
«Una colección muy simbólica que adquiere un significado aún mayor este año, al consagrar la importancia de los vínculos», destacó la firma.
Sus colgantes de cornalina, ónix y malaquita, en forma de medallón o pequeña cruz, son en su origen un homenaje a Napoleón y Josefina Bonaparte, la primera clienta de relevancia que tuvo la «maison» de joyería, una de las más antiguas del sector.