Alrededor de 7.000 niños y adolescentes son asesinados cada año en Brasil
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Alrededor de 30.000 niños y adolescentes de hasta 19 años fueron asesinados en Brasil entre 2016 y 2020, a un promedio de 7.000 por año, y otros 180.000 sufrieron violencia sexual de 2017 a 2020, según una investigación difundida hoy.
La violencia se ejerce de forma distinta, según la edad de la víctima: mientras los niños mueren por violencia doméstica y la violencia sexual que sufren también suele ser obra de un conocido, los adolescentes mueren mayoritariamente fuera de sus hogares, víctimas de la violencia urbana y el racismo.
Los datos forman parte del Panorama de la violencia letal y sexual contra la niñez y la adolescencia en Brasil que hizo público hoy UNICEF y el Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), en base a un análisis inédito de los informes policiales de las 27 unidades de la Federación.
La mayoría de las víctimas de muertes violentas la sufren adolescentes, según el documento, que registró que de los 35.000 casos de personas de hasta 19 años identificadas entre 2016 y 2020, más de 31.000 tenían entre 15 y 19 años.
El texto advirtió también que está en aumento el número de niños de hasta cuatro años que son víctimas de violencia letal, lo que es «una señal de alerta».
«La violencia contra los niños ocurre principalmente en el hogar. La violencia contra los adolescentes tiene lugar en la calle, con especial atención a los niños negros. Si bien son fenómenos complementarios y simultáneos, es fundamental comprenderlos también en sus diferencias, para diseñar políticas públicas efectivas para prevenir y responder», señaló la representante de UNICEF en Brasil, Florence Bauer, en un texto publicado en la web de la agencia de la ONU.
La directora ejecutiva del Foro Brasileño de Seguridad Pública, Samira Bueno, alertó sobre «el grave problema» que significan estas cifras.
«Hay que discutir esto cada vez más. Son víctimas en sus propios hogares cuando son pequeños y sufren violencia callejera cuando llegan a la preadolescencia. Las autoridades públicas deben tomar el tema en serio y evitar que se pierdan más vidas cada año», afirmó.
Los datos para el informe se lograron a través de la Ley de Acceso a la Información y se le pidió a cada estado que proporcionara informes policiales de los últimos cinco años referidos a muertes violentas intencionales (homicidio intencional, feminicidio, robo, lesiones corporales seguidas de muerte y muertes resultantes de la intervención policial) y violencia sexual (violación y violación vulnerables) contra la niñez y la adolescencia.
Como esta información no se recopila ni estandariza de manera sistemática, el de Unicef y el FBSP es un análisis sin precedentes.
Aunque el mayor número de víctimas de muertes violentas se da en la adolescencia, entre 2016 y 2020 se identificaron al menos 1.070 muertes violentas de niños de hasta nueve años.
Solo en 2020, el primer año de la pandemia de la Covid-19, 213 niños de este grupo de edad fueron asesinados violentamente.
En todas las edades, según el informe, las principales víctimas de muertes violentas son los niños negros, un perfil que se agudiza en la adolescencia.
Para los niños, el grupo de 10 a 14 años marca la transición de la violencia doméstica a la prevalencia de la violencia urbana porque acá comienzan a predominar las muertes fuera del hogar, por armas de fuego y con autores desconocidos.
Cuando los adolescentes alcanzan el grupo de edad de 15 a 19 años, se consolida esta transición en el perfil de violencia letal y las muertes violentas tienen un objetivo específico: más del 90% de las víctimas son niños y el 80% son negros.
Entre estos niños, negros y morenos que mueren fuera del hogar y por armas de fuego, una proporción significativa son víctimas de la intervención policial.
En 2020, en los 24 estados donde se dispone de datos, un total de 787 muertes de niños y adolescentes de 10 a 19 años fueron identificadas como resultantes de la intervención policial, lo que representa el 15% del total de muertes violentas intencionales en este grupo.
En cuanto a la violencia sexual, entre 2017 y 2020 se registraron 179.277 casos de violación con víctimas de hasta 19 años.
Los niños de hasta 10 años representan 62.000 de las víctimas en estos cuatro años, es decir, un tercio del total, y la gran mayoría de las víctimas son niñas, casi el 80%.
La mayoría de los casos de violencia sexual contra niños ocurren en el domicilio de la víctima y, para los casos en los que existe información sobre la autoría de los delitos, se conocía al 86% de los perpetradores.
Unicef y el FBSP destacaron la «urgencia» de poner en marcha «políticas capaces de prevenir y responder a la violencia», que incluyan medidas «fundamentales que deben ser priorizadas en el país, con un enfoque en la prevención de actos de violencia letal y sexual contra niños, niñas y adolescentes, y en la respuesta a estos delitos».
Entre esas respuestas, las dos organizaciones recomendaron formar profesionales que trabajen con niños y adolescentes, ampliar la implementación de la Ley 13.431, destinada a proteger a estas víctimas y los testigos de violencia; trabajar con la policía para prevenir la violencia, e invertir en protocolos, capacitaciones y prácticas dirigidas a la protección.
También sugieren aumentar la enseñanza de derechos entre niñas y niños y conscientizarlos sobre los riesgos de violencia que enfrentan, y darle prioridad a estos casos en las investigaciones oficiales.