ALnavío | Maduro y Cabello consideran que llegó el momento de liquidar a Guaidó
Juan Carlos Zapata
Esta frase citada la semana pasada por el articulista del diario ALnavío, Pedro Benítez, y atribuida a un dirigente de la oposición cobra vigencia: “Si fracasa este nuevo intento vendrá más represión contra nosotros. Será una razzia”.
Cuando todo estaba listo para que los equipos de Juan Guaidó y Nicolás Maduro retomaran las negociaciones, el régimen anuncia que no asistirá, pese a que la delegación de Guaidó ya estaba en el sitio, tal como lo señala el comunicado emitido por el régimen de Maduro, confirmando la primicia de este miércoles.
El régimen tiene la excusa. Buscaba una excusa y la encontró. Las sanciones de los Estados Unidos, la Orden Ejecutiva de Donald Trump, y la posición de Guaidó, respaldándolas. El régimen se siente apoyado por las declaraciones de los portavoces de las cancillerías de Rusia y China. La vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, apeló al respaldo de Rusia y China una vez se conocieron las medidas y encontró eco en declaraciones oficiales. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, llegó a usar la misma expresión que el canciller de Maduro, Jorge Arreaza, calificando de “terrorismo económico” el paquete de anuncios de la Casa Blanca.
Pero fue por cierto Arreaza quien dijo después que Estados Unidos “está dinamitando y tratando de implosionar el proceso de diálogo”. Y agregó: “El presidente Maduro reiteró ayer que ni mil Trumps, ni cuatrocientos Boltons, ni trescientos Pompeos, ni trescientos Guaidós, van a lograr que nos levantemos de la mesa de diálogo”. Pero se levantaron. Y al levantarse, vinieron los anuncios de la ofensiva.
“Guerra es guerra”, le dijo Cabello desde su tribuna, el programa Con el Mazo Dando, a la dirigencia opositora. Ya hace tres semanas había adelantado que al enemigo interno hay que darle el trato de enemigo interno. Y ese enemigo interno no es otro que Guaidó y la dirigencia opositora, la que hace vida en la Asamblea Nacional, la que milita en los partidos Voluntad Popular, Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo.
No será la primera vez que el régimen arremeta contra los parlamentarios. Hay diputados presos, hay diputados asilados en sedes diplomáticas, hay diputados en el exilio, hay diputados con la inmunidad parlamentaria allanada. Cabello señaló que “se reservan cualquier tipo de actuación desde la Asamblea Nacional Constituyente”, y Maduro la tomó la palabra.
«Vamos a activar una contraofensiva con la Asamblea Nacional Constituyente con todos los poderes y vamos a hacer justicia, frente a los vende patria y traidores a la patria, vamos con todo, quieren batalla, vamos a la batalla estamos listos, ya basta de tanto desmedro contra Venezuela. La pelea es peleando», dijo Cabello.
En el comunicado, Maduro anuncia que propondrá la revisión del proceso que llevan adelante los negociadores con la mediación del gobierno de Noruega para que realmente sea efectivo.
Maduro estaba obligado a tomarse una pausa para planificar los pasos próximos a dar. Al fin y al cabo, los negociadores, tal como lo expresamos este miércoles, iban a sentarse en un contexto diferente, bajo la presión de los hechos de última hora, y a discutir lo que es punto de honor tanto para Guaidó como para el gobierno de los Estados Unidos, las elecciones con Maduro fuera del poder, lo que a su vez se trata de un punto que para el régimen no admite debate. Así que la mesa iba a estar trancada y la tensión, cuidado si los insultos, iba a ser el orden del día.
Maduro y Cabello han respondido. Y en la respuesta se avizora la escalada. La que esperaba la dirigencia opositora. Se temen allanamientos a la inmunidad parlamentaria, persecuciones y juicios. Otra ofensiva para seguir minando el poder de la Asamblea Nacional y para que las matemáticas cuadren. Porque no se descarta que los diputados del PSUV, el partido del régimen, regresen al Parlamento con el fin de darle la estocada final a la Presidencia de Guaidó. Sería una ofensiva que implicaría una combinación, de Constituyente, la que preside Diosdado Cabello, de Tribunal Supremo de Justicia, el que preside el magistrado madurista, Mikel Moreno, de la Fiscalía General de Maduro, la que encabeza Tarek William Saab, más una nueva correlación de fuerzas en el Parlamento forzada por el chavismo.
Con información de Alnavío.