Alexander Vivero, el pianista de 12 años que sueña con la batuta - 800Noticias
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EFE

A sus 12 años, el mexicano Alexander Vivero es multiinstrumentista, ha ganado prestigiosos concursos internacionales de piano, compone y dirige, además de jugar videojuegos y llevar un récord de excelencia en su vida escolar.

En la sala de su casa, el adolescente originario de la ciudad de Guadalajara, en el estado de Jalisco, oeste del país, explica a Efe que el gusto por la música le viene desde muy pequeño y desde los 4 años aprendió a tocar el piano, instrumento que lo ha llevado a Europa y Estados Unidos.

«Lo que me encanta de la música es que es un nuevo lenguaje en el que puedo expresar mis ideas, mis emociones. En el caso de mi obra ‘El circo’, empiezo a buscar armonías, esencias que me invoquen el circo y eso es lo que me gusta de la composición y de la música, poder llevar a la gente a lugares», dice.

GEN MUSICAL

De madre odontóloga y padre ingeniero civil, el joven promesa de la música asegura no saber de dónde le viene el gen artístico, pues ninguno de los miembros de su familia se dedicó a esta profesión antes, pero sí lo apoyaron para fomentar su gusto por las artes.

Con una inteligencia poco común, el chico habla tres idiomas y estudia italiano, además de tocar instrumentos como la batería, la guitarra y las percusiones.

A los 6 años, su primera obra para piano «La Ardilla Saltarina» fue presentada en el Centro Cultural Roberto Cantoral de la Ciudad de México y a los nueve ganó un concurso infantil internacional en España con su obra para piano y tres violines «Traviesa gotita de lluvia».

Recientemente la Orquesta de Cámara de Zapopan, ciudad vecina de Guadalajara, capital del estado, estrenó su primera obra para orquesta llamada «El Circo», pieza que reabrió la cartelera cultural de ese municipio de Jalisco tras varios meses debido a la pandemia por la covid-19.

El niño divide su tiempo entre sus clases en línea, jugar videojuegos y realizar su práctica diaria de piano, que suele ser de dos horas o hasta de seis horas cuando se prepara para una competencia.

Sonriente y de buena conversación, Alexander revela que recién terminó «Asesinato en el expreso de oriente», de Agatha Christie, un libro que le gustó tanto que le inspiró a escribir su próxima obra, un proceso que parece sencillo para él.

«Puede ser algo muy simple como mi primera obra que salió de una ardilla que estaba brincando por los árboles, de ahí sale una idea, algo que me llame la atención, comienzo a imaginarme cómo meterlo a la música y empiezo a buscar qué puede funcionar y qué cosas que he aprendido puedo utilizar y de ahí arrancó a armar la obra», dice.

RUMBO A LA FAMA

Hace un mes, el joven obtuvo el primer lugar en el American Protégé International Music Talent Competition, realizado en la ciudad de Nueva York, que le permitirá cumplir en octubre próximo uno de sus sueños: ofrecer un concierto de gala en el Carnegie Hall de esa ciudad, uno de los foros más importantes para la música.

También en octubre pasado, Alexander ganó el Grand Prize Virtuoso de Bonn, Alemania que le dará la oportunidad de debutar en una de las salas más importantes de esa ciudad, en diciembre próximo.

Para su profesor, el músico Joel Juan Qui, el talento de Alexander «es excepcional», pues gracias a su sensibilidad y a su agudo oído musical, ha logrado en menos de una década lo que a algún otro músico le tomaría al menos 20 años realizar.

Cuenta que desde el primer momento supo que no era un niño como los demás, pues mostraba seguridad y ganas de aprender para mejorarse a sí mismo, por ello lo tomó como alumno y lo preparó para los concursos en Alemania y Estados Unidos.

«Es un alumno distinto, muy consciente de lo que quiere a esa edad, me dijo que quiere ser el mejor director de orquesta del mundo, pero que debía ser un buen pianista antes de lograrlo y eso es lo que estamos haciendo, un trabajo continuo arduo y hemos llevado su enseñanza a niveles de excelencia», dijo el profesor con 20 años de experiencia.

Alexander se considera un «adolescente con una vida normal» en la que convive con sus amigos, sale a divertirse y se esfuerza para ir al corriente en la escuela.

Orgulloso de su raíces, el joven asegura que quiere estudiar en el extranjero y difundir la riqueza de la música popular mexicana para que sea reconocida en el mundo.

«Me gustaría ser director de orquesta, poder estudiar en Alemania y poder llevar la cultura mexicana al mundo, me encantaría que se diera a conocer más. El folclor mexicano se me hace muy bonito toda la variedad que hay en diferentes lugares, todos los ritmos y creo que hay que darlo a conocer al mundo entero», concluyó.

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