Las mujeres que fuman cuando están embarazadas aumentan el riesgo de sus bebés nonatos de sufrir ataques cardíacos y accidente cerebro-vascular de adultos jóvenes, sugiere una investigación.
“Este es un factor de riesgo previsible” dijo Cuno Uiterwaal, del Centro Médico Universitario de Utrecht, en Holanda. “Las mujeres deben dejar de fumar, especialmente en el embarazo, no solamente por su propia salud, sino por la de su hijo nonato”.
El equipo de Uiterwaal midió los factores de riesgo cardiovascular en 732 hombres y mujeres nacidos entre 1970 y 1973. Los adultos cuyas madres habían fumado cuando estuvieron embarazadas mostraron que las paredes de la arteria carótida eran 13,4 mm más gruesas que la de los hijos de las madres que no fumaron mientras estuvieron embarazadas.
Esta asociación continuó incluso luego de controlar otros factores de riesgo tales como la edad, el sexo, el índice de masa corporal, presión del pulso, niveles de colesterol, e incluso el actual estado en cuanto al hábito de fumar. Si ambos padres en lugar de sólo la madre fumaron durante el embarazo, los hijos tuvieron grosores aún mayores de la íntima-media de la arteria carótida.
“Existe la posibilidad de que los compuestos del humo del tabaco atraviesen la placenta y dañen directamente el sistema cardiovascular del feto”, dijo Uiterwaal. “El daño parece ser permanente y queda en los hijos”, concluye el investigador.
Fuente: American Heart Association