Alcalde de Bogotá decreta ley seca para «minimizar» los riesgos de violencia
EFE
El alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, decretó este viernes la ley seca para evitar nuevos desmanes en la capital de Colombia, como los ocurridos ayer en la jornada de protestas contra las políticas del Gobierno que dejaron millonarias pérdidas.
«Hay algunos que han llamado a que se lleven a cabo actividades de paro hoy (…) por supuesto tienen interés en que de nuevo en la noche se presenten actividades vandálicas. Por todo esto y para garantizar que se minimicen los riesgos de violencia vamos a tener ley seca», afirmó Peñalosa en una rueda de prensa.
Detalló que la medida se iniciará desde las 12.00 hora local del viernes (17.00 GMT) y se extenderá hasta las 12.00 hora local del sábado (17.00 GMT).
Peñalosa hizo además un llamado a los ciudadanos para que se unan y rechacen a la gente violenta, que ayer atacó con piedras, pintura y cócteles molotov el Capitolio, el Palacio de Justicia y el Palacio Liévano, sede de la Alcaldía.
Estos desmanes, que terminaron con la captura de 24 personas en la ciudad, provocaron daños «que superan los 20.000 millones de pesos (unos 5,8 millones de dólares)», afirmó.
«Queremos hacer un llamado a los ciudadanos a que no dejemos que una minoría ínfima de criminales destruya la ciudad», subrayó Peñalosa, quien dijo que hay «intereses politiqueros que están interesados en que haya caos y destrucción».
Miles de colombianos coparon ayer las calles de Bogotá, Cali, Medellín y otras principales ciudades hasta bien entrada la noche, cuando un súbito cacerolazo retumbó en la mayoría de los barrios de la capital y contagió a otras localidades.
La protesta fue convocada por sindicatos y movimientos sociales que rechazan el «paquetazo» de medidas económicas que, dicen, el Gobierno del presidente Iván Duque quiere proponer al Congreso para modificar el régimen laboral y de jubilaciones en detrimento de los trabajadores.
En Bogotá, fueron atacadas 68 estaciones del sistema de transporte público masivo Transmilenio con piedras, palos y pintadas, al igual que 66 autobuses.
El mayor foco de violencia se vivió en Cali, la tercera ciudad de Colombia, donde el alcalde Maurice Armitage decretó toque de queda durante toda la noche para contener los saqueos a establecimientos comerciales.
Por las protestas, que se tornaron violentas al final del día, murieron al menos tres personas, 273 resultaron heridas y 98 más fueron capturadas, según el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo. EFE