Al menos 194 muertos por inundaciones en agosto en Afganistán
EFE
Al menos 194 personas murieron y otras 265 resultaron heridas en lo que va de agosto en Afganistán por las lluvias torrenciales y las inundaciones que azotaron con especial virulencia varias provincias del país, arrasando miles de viviendas y tierras de cultivo.
«Durante el último mes, las inundaciones repentinas en las diferentes provincias han causado al menos 194 muertos y otros 265 heridos», informó este sábado a los medios el portavoz adjunto del gobierno talibán, Qari Yousuf Ahmadi, en un comunicado.
«Las lluvias recientes causaron inundaciones repentinas en más de 10 provincias de Afganistán, incluidas víctimas, miles de casas residenciales, seiscientos mil acres de tierras agrícolas, miles de animales muertos y cientos de canales también destruidos», agregó el portavoz.
Según el Ministerio de Gestión de Desastres, las principales provincias afganas afectadas por las inundaciones fueron Urozgan, Kandahar y Zabul (sur); Maidan Wardak (centro); Nangarhar y Laghman (este); Parwan y Panshir (norte).
El Gobierno talibán ofreció estas cifras tres días después de que la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) cifrara en 118 las muertes que se habían producido en Afganistán por las inundaciones durante el mes de agosto.
El organismo también cifró en 3.398 el número de viviendas que sufrieron daños o fueron destruidas como resultado de las inundaciones, que señaló que principalmente golpearon la provincia de Logar (este), donde se reportaron deterioros en unas 3.000 casas, seguida de 195 en Maidan Wardak y 188 en Parwan.
Además, la OCHA estimó que unas 8.246 familias se vieron afectadas por las fuertes precipitaciones, que solo en la provincia de Logar habrían acabado con la vida de unas 7.000 cabezas de ganado, lo que podría agravar la severa crisis humanitaria que atraviesa Afganistán tras la toma de poder por los talibanes.
Las complicaciones que suponen las incesantes precipitaciones dificulta aún más las operaciones de socorro de las víctimas, ya que el Gobierno talibán dispone de limitados recursos para ofrecer asistencia y depende en gran parte de los organismos humanitarios.
Afganistán sufre con frecuencia desastres naturales que ocasionan numerosas pérdidas humanas, como los corrimientos de tierra, en los que murieron 2.000 personas en mayo de 2014 en el noreste de Afganistán, una situación agravada por casi dos décadas de guerra.
Desde la llegada de los talibanes al poder hace un año, el país atraviesa una severa crisis humanitaria, con una población cada vez más frágil ante las adversidades, como las fuertes lluvias y las inundaciones.