Al menos 15 muertos en doble atentado al sur de Filipinas - 800Noticias
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EFE

Dos explosiones en Jolo, capital de Sulu -remota provincia del sur de Filipinas-, dejaron este lunes, 24 de agosto, al menos 15 muertos y 75 heridos en lo que parece un doble atentado de los yihadistas de Abu Sayyaf, que ya perpetraron un letal ataque similar en la catedral de esa ciudad en enero de 2019.

Entre los fallecidos hay siete militares, un policía y seis civiles, además de la presunta atacante suicida, aún por identificar, que hizo detonar la segunda bomba, según el recuento del grupo de trabajo conjunto de la Policía y el Ejército en Sulu.

Los heridos ascienden a 21 soldados, 6 policías y 48 civiles, según las autoridades, que han atribuido el atentado a Abu Sayyaf, que en 2014 juró lealtad al Estado Islámico (EI), aunque todavía nadie lo ha reivindicado.

La primera explosión tuvo lugar alrededor del mediodía en una céntrica plaza de Jolo, al estallar una motocicleta situada cerca de donde un camión del Ejército repartía alimentos, y la segunda se produjo una hora después en una calle a unos 70 metros cuando la policía acordonaba la zona del siniestro.

«De momento, el número definitivo de víctimas está por determinar mientras la investigación trata de identificar a los sospechosos», señaló el jefe de la Policía Nacional, Archie Gamboa.

YIHADISTAS MÁS RADICALIZADOS

A pesar de que la amenaza terrorista se ha debilitado en el Mindanao Musulmán, también se ha radicalizado, ya que Abu Sayyaf y otras formaciones afines al EI que operan en la zona -como Luchadores Islámicos para la Liberación del Bangsamoro, Ansar Khalifa o Maute- han abrazado en los dos últimos años nuevas formas de violencia como los ataques suicidas.

Aunque el terrorismo islamista no es nuevo en Filipinas, los ataques suicidas no corresponden al «modus operandi» clásico de los grupos locales, una nueva amenaza en el país que en el último año ha registrado cuatro atentados de este tipo, los primeros de su historia y todos reivindicados por el EI, llevados a cabo con el apoyo logístico de Abu Sayyaf.

El primero tuvo lugar el 31 de julio de 2018 en la isla de Basilan -tradicional feudo de Abu Sayyaf-, donde murió una decena de personas; seguido del atentado con dos bombas gemelas en enero en la catedral de Jolo, capital de Sulu, el más mortífero de los últimos años al ocasionar una veintena de muertos y un centenar de heridos.

Los otros dos atentados, en junio y septiembre de 2019, atacaron campamentos militares en Sulu, un archipiélago de difícil acceso convertido en el nuevo bastión de Abu Sayyaf, el grupo yihadista más fuerte en estos momentos en Filipinas.

Allí se esconde Hatib Hajan Sawadjaan, líder de Abu Sayyaf y nuevo emir del EI en el Sudeste Asiático, tras la muerte de Isnilon Hapilon en octubre de 2017, durante la batalla de Marawi, que se saldó con la derrota yihadista y dejó muy debilitado el movimiento por la muerte de sus principales cabecillas.

El ataque de junio fue perpetrado por Norman Lasuca, de 20 años, militante de Abu Sayyaf y el primer filipino responsable de un atentado suicida, un síntoma más de la radicalización del yihadismo de factura local en Filipinas.

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