AIE recomienda reducir uso de vehículos para evitar colapso petrolero
EFE
La guerra de Ucrania y las sanciones contra Rusia han generado un choque petrolero que podría degenerar en un colapso por falta de oferta, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que propone para evitarlo un decálogo de medidas centradas en reducir el uso del coche y la velocidad.
Su aplicación de forma inmediata y hasta el verano en los países desarrollados permitiría ahorrar 2,7 millones de barriles diarios en cuatro meses, según los cálculos de la AIE en ese plan de urgencia presentado este viernes. Es una cifra próxima a los 2,5 millones de barriles de crudo ruso que cree que desaparecerán del mercado desde comienzos de abril.
La pérdida de ese crudo del que es el primer exportador mundial, y que podría incrementarse en función de cómo evolucione la guerra y las sanciones, amenaza con provocar «el mayor choque de oferta de petróleo en décadas, con enormes implicaciones para nuestras economías y nuestras sociedades», advierte el director general de la agencia, Fatih Birol.
La demanda global aumenta habitualmente conforme se acerca el verano y la OPEP, que ha estado asociada con Rusia en los últimos años, no está dando signos de querer compensar ese recorte potencial de la oferta de petróleo, por lo que Birol y sus expertos temen que la tensión en los mercados se agudice.
Esa tensión ya se ha traducido en un fuerte aumento de los precios. La factura de transporte y calefacción para las familias en el mundo desarrollado en enero y febrero se incrementó casi un 35 % de media (más de 40 dólares) y alrededor del 55 % en los países en desarrollo (casi 20 dólares).
CAMBIO DE COMPORTAMIENTO DE LOS CONSUMIDORES
La situación exige acciones de urgencia que vayan más allá de las que han tomado algunos gobiernos para compensar con dinero público una parte de la escalada de precios de los carburantes en los surtidores. La AIE cree que hay que actuar sobre la demanda, de la mano sobre todo de un cambio de comportamiento de los consumidores.
Lo que potencialmente podría tener más efecto sería reducir en 10 kilómetros por hora el límite de velocidad en las autopistas, algo que se hizo en Estados Unidos y en varios países europeos durante la crisis del petróleo de 1973 y que se practica actualmente, sobre todo por razones medioambientales, de congestión o de seguridad vial.
Si se generalizara para los coches y los camiones, permitiría ahorrar cerca de medio millón de barriles diarios, destaca Birol.
La otra medida con mayor impacto potencial sería recurrir más al teletrabajo, que evitaría millones de desplazamientos diarios: tres días a la semana equivaldría a otro medio millón de barriles.
Declarar los domingos días sin coches en las ciudades, lo que a su vez favorece que mucha gente se decida a caminar o a ir en bicicleta para los desplazamientos el resto de la semana, también ofrecería un margen de ahorro muy significativo (380.000 barriles).
Al igual que abaratar el uso del transporte público en paralelo a la incentivación de esas mismas prácticas de caminar y circular en bicicleta, que por añadidura tienen beneficios para la salud (330.000 barriles).
RESTRICCIONES AL COCHE PRIVADO
La agencia no se priva de sugerir otras restricciones al uso del vehículo privado, mediante la instauración del tráfico alterno (por ejemplo, un día los que tienen matrículas pares y al siguiente los impares), prohibiendo los trayectos en avión para los que hay otra alternativa en transporte público o haciendo más uso del tren.
También insta a que se recurra mucho más al coche compartido (ahora de media la tasa de ocupación es de solo 1,5 personas por vehículo) y a que se conduzca de forma más eficiente en términos energéticos sin forzar tanto el aire acondicionado.
Birol insiste en la efectividad que tendría si se aplicara de forma plena este plan de urgencia: «Las medidas que presentamos no salen de la nada. Se han probado con éxito. Son resultado de acciones en pasados choques petroleros, de acciones contra la contaminación o durante la crisis de la covid».
Además, -añade- «no son solo buenas para el confort de los mercados en los próximos meses, sino que también sientan las bases para un panorama energético más limpio y más seguro, en línea con la transición energética» y los objetivos de limitar el calentamiento global. EFE