AIE: El 2023 puede ser un año «oscuro» en el mercado petrolero
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La OPEP previó recientemente incrementos de 2.550.000 barriles diarios este año y de 2.240.000 BD en 2023. Por su lado, la AIE pronostica que la demanda de petróleo subirá 1.600.000 BD en 2023, por debajo de su estimación anterior de 1.700.000 BD.
La 34° Reunión Ministerial OPEP y no OPEP, la llamada OPEP+, se llevó a cabo vía telemática en Viena, Austria, el pasado 4 diciembre, donde se ratificó la decisión tomada en su encuentro previo del 5 de octubre, que consistió en aprobar un recorte de 2.2 millones de barriles diarios (b/d) a partir de noviembre.
Esta acción fue considerada como cautelosa ante los inciertos efectos que podrían generarse en el mercado al entrar en vigencia, al día siguiente, el tope de precios de compra del petróleo ruso por parte del G7 y el embargo a la importación por parte de la Unión Europea (UE), así como la prohibición del uso de navieras abanderadas por países europeos y seguros de embarque de compañías de tales jurisdicciones para tramitar compras a Rusia, pactadas por encima de la cotización máxima establecida.
En cualquier caso, la OPEP+ reafirmó su medida restrictiva de oferta como una acción dirigida a estabilizar el mercado al debilitarse los fundamentos por la vía de la demanda, habida cuenta de la política Covid Cero en China y el enfriamiento de la economía mundial y, por lo tanto, se ha generado una fuerte acumulación de inventarios (sobreoferta).
En la decisión privó también la necesidad de mantener una capacidad ociosa que permita compensar lo que se estima sería una salida importante del mercado de crudo ruso en el primer trimestre de 2023 en torno a 1.5 millones de b/d.
La medida se mantendrá hasta finales del año 2023 sin revisión, pendiente de las bases de producción que definen las cuotas por países en la OPEP.
Además, se estableció la vuelta al formato de dos reuniones anuales, de manera que la próxima fue programada para el 4 de junio próximo, con la observación de mantener las correspondientes al Comité de Seguimiento Ministerial Conjunto (JMMC) cada dos meses, a fin de convocar encuentros adicionales o para solicitar una Reunión Ministerial de la OPEP y fuera de la OPEP en cualquier momento para abordar la evolución del mercado, si fuese necesario.
En la práctica, este recorte de la OPEP+, apenas si significa un ajuste poco menor a 1.000.000 de barriles por día (BPD), ya que muchos países han estado sobrecumpliendo, por distintas razones, sus cuotas asignadas, y la ejecución de la merma acordada descansa en Arabia Saudita (AS), Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) e Irak.
De hecho, estos países bajaron su producción en octubre de manera conjunta en 920.000 barriles diarios, mientras otros integrantes de la OPEP+ subieron 670.000 BD, lo que deja la disminución neta en apenas 350.000 BD. El otro gran productor, como es Rusia, ha reducido su extracción de crudo a volúmenes muy inferiores a su pauta acordada, debido a los efectos de las sanciones europeas sobre su petróleo.
El recorte compensó
En realidad, el recorte ha permitido compensar la menor demanda de China e intenta evitar que no colapse el precio hasta niveles sostenidos en torno a 70 dólares por barril. Hay que agregar que tanto la OPEP, como la Agencia Internacional de Energía (AIE) y la Agencia de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés) de EEUU han ajustado a la baja, en varias oportunidades, las estimaciones iniciales de crecimiento de la demanda petrolera para 2022 y 2023, sin que se descarten que nuevas revisiones recorten aún más el aumento esperado.
En particular, la OPEP previó recientemente incrementos de 2.550.000 barriles diarios este año y de 2.240.000 BD en 2023. Por su lado, la AIE pronostica que la demanda de petróleo subirá 1.600.000 BD en 2023, por debajo de su estimación anterior de 1.700.000 BD.
El comportamiento bajista de los mercados, luego de una semana de haberse realizado la reunión de la OPEP+ y haber entrado en vigencia el tope de precios del G7, revela que los peores temores de analistas no se cumplieron con respecto al comercio del crudo ruso y tampoco se han aprobado las amenazas de medidas de suspensión de ventas por parte del gobierno ruso, a los países que se adhirieran al precio límite acordado de 60 dólares por barril.
Hay que decir, que los crudos rusos ya venían negociándose por debajo de este precio referido, debido a los enormes descuentos que debe conceder para su colocación, en particular, en China e India.
El crudo ruso de los Urales en los puertos del Báltico la segunda semana de diciembre se evaluó a 45 dólares por barril, un descuento de más de 30 dólares en comparación con el Brent fechado, por debajo de los 20 dólares por barril constantes de los meses anteriores. Aún cuando en las dos últimas semanas ha tenido cierta tendencia a la recuperación.Por cierto, que se ha producido una realineación importante del comercio mundial al llegar más petróleo de productores del Medio Oriente a Europa para compensar el embargo europeo a las importaciones rusas. Tendremos un cuadro más claro de las corrientes comerciales petroleras mundiales, cuando el mercado choque con el límite tanto de China como India para absorber crudo ruso.
El tope de precios
El tope de precios al petróleo ruso les daría una ventaja estratégica a estos países asiáticos para negociar más ventajosamente sus compras de este crudo. El petróleo saudí exportado a Europa, a través del oleoducto Sumed de Egipto y los puertos saudíes promedió 798.000 barriles diarios, entre octubre y noviembre de 2022, con 663.000 barriles entre enero y febrero, antes de la invasión de Rusia a Ucrania, según datos de la firma de análisis Vortexa.
Los objetivos del tope de precios de mantener el suministro ruso en los mercados globales, evitar presiones alcistas sobre los precios por escasez de crudo ruso y, al mismo tiempo, limitar los ingresos del Kremlin -por las ventas- parecieran que se han venido cumpliendo durante este mes de diciembre.
La OPEP se ha alineado aún más con Rusia. Ha habido críticas occidentales en torno al significado político atribuido al recorte de 2.000.000 de BD acordado en octubre, y ratificado en diciembre. Esto ocurrió en el marco de las presiones estadounidenses por una mayor producción que ayudaría a bajar los precios antes de las elecciones locales de mitad de período y el ataque militar ruso a Ucrania.
Hay un rechazo a este tipo de medidas de control o influencia en el mercado por parte de los consumidores, una especie de club de compradores, aun cuando desde el G7 han descartado que tenga otro propósito distinto al de evitar que el gobierno ruso siga financiando su agresión contra Ucrania con mayores ingresos, producto de sus ventas de petróleo y gas natural.
Los productores petroleros consideran que medidas como el tope de precios y las sanciones, y las enormes ventas de reservas estratégicas, pueden interpretarse como pasos para disminuir el control de mercado que ejercen los productores agrupados en organismos como la OPEP+.
Además, ello es alimentado por las presiones para que se vendan fósiles con una cantidad cada vez menor de emisión de gases de efecto invernadero, lo cual conduce a un cambio de dirección en la agenda energética global sobre energía, pasando a un mayor control de los países consumidores.
Uno de los factores que más incidió en el derrumbe de los marcadores hasta niveles próximos a 70 dólares por barril del WTI, y de 73 dólares del Brent fueron las estrategias que daban cuenta de una escasez de crudo que no se presentó.
Por el contrario, la estructura en contrato de los mercados futuros viene reflejando una mayor acumulación de barriles ante prospectos más débiles de demanda. En este sentido, los datos de EE.UU. muestran que la posición larga neta de los fondos de cobertura en contratos de crudo Brent está cerca de su nivel más bajo en los últimos 10 años, y la proporción de posiciones largas a posiciones cortas está en su nivel más bajo desde noviembre de 2020.
Corrección de precios
Los fundamentos proclives a corrección de precios son claros cuando la OPEP informa que en el segundo y tercer trimestre de 2022, la oferta mundial de petróleo superó la demanda en 200.000 barriles/día y 1.100.000 BD, respectivamente, tras registrar un déficit de 300.000 barriles por día en el primer trimestre.
Esta caída de los precios sería la primera en forma trimestralmente consecutiva desde mediados de 2019.
Esta corrección que estamos viendo en los precios del petróleo deja en el pasado todo el comportamiento alcista que experimentaron las cotizaciones, después de la invasión militar rusa a Ucrania a finales de febrero de este año. La prima de riesgo por la incertidumbre sobre el suministro se desvaneció, tocando los menores niveles en el año.
De allí que la OPEP debió aprobar el fuerte recorte de 2.000.000 de barriles por día, a comienzos de octubre, para evitar un colapso del valor del barril. Sin embargo, al disiparse los temores del embargo europeo al petróleo ruso y el tope de precios del G7, el mercado se corrigió al amparo del predominio de la atención de los operadores (traders) en las grises perspectivas sobre la economía mundial, acentuadas por las fuertes restricciones fiscales y monetarias oficiales, dirigidas a reducir niveles de inflación récord en 40 años.
No son pocos ni son tibios los vaticinios que se oyen desde las diversas agencias internacionales especializadas en el mercado petrolero sobre el futuro del petróleo para 2023.
Demanda, oferta, producción, consumo, guerra Rusia-Ucrania, acumulación de inventarios, sanciones diversas a países petroleros, el debilitamiento de China, el enfriamiento de la economía mundial, y otras variables coyunturales tenebrosas, avizoran tiempos oscuros para un mercado petrolero que finalizó este año 2022 tan inestable
El 2023 puede ser prácticamente impredecible, ya que los precios serán las «joyas de la corona» disputadas tanto por consumidores como productores del mundo.
Con información de Banca y Negocio.
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