Ahora los venezolanos emigran tratando de sobrevivir, buscando medicinas que no hay
Con información de La Tercera
El sociólogo venezolano Tomás Páez Bravo dijo al diario La Tercera que muchos de los emigrantes no pretenden volver.
Según su estudio ¿En cuánto se cifra la diáspora venezolana?
Nosotros tenemos un mapa de los venezolanos en más de 91 países, en más de 300 ciudades, y nuestro número es de entre 2 millones 900 mil y 3 millones de venezolanos fuera. Recurrimos a las bases de datos de los institutos de estadística de los países porque en Venezuela no hay información sobre la diáspora. Para el instituto de estadísticas de Venezuela no existe la diáspora, entonces tenemos que hacer un esfuerzo con los datos de los países, y en esos datos tienes que ir pensando en los irregulares. En Estados Unidos, por ejemplo, sabemos que hay 320 mil venezolanos reconocidos, pero la cifra es mucho mayor que eso.
¿Cuál es el objetivo tras este estudio?
Nuestro tema ya no es solo saber cuántos venezolanos hay fuera, sino que nuestro proyecto central es cómo articular ese inmenso potencial humano que está fuera de Venezuela para participar en el desarrollo y la reconstrucción de Venezuela y la recuperación de la democracia. El estudio era la primera fase para conocer las razones por las que se fueron y cómo se sienten en el país de acogida.
¿En qué momento se produjo la ola de éxodo más grande en Venezuela?
Desde el momento en que ganó Hugo Chávez (1998) comenzó un proceso gota a gota, porque la diáspora está conformada por muchos grupos. Por ejemplo, una primera gran diáspora es la política, la gente que comenzó a ser perseguida de manera sistemática. Luego vimos la gran diáspora petrolera, 20 mil personas despedidas de la industria y perseguidas además. Luego comenzó la diáspora de la salud y la persecución a los medios de comunicación que fue terrible. Ahora, los problemas fundamentales por los que se va la gente se sintetizan en una frase muy dura pero que los recoge muy bien, que es: en Venezuela la única nevera llena es la de la morgue. Las neveras están vacías porque no hay alimentos, porque los recursos no alcanzan, porque hay hiperinflación; y por otro lado está la impunidad y los homicidios. Ahora emigran tratando de sobrevivir, buscando medicinas que no hay.
Las dos primeras grandes oleadas emigraron, como toda Latinoamérica lo hizo, a Estados Unidos y Europa, (principalmente) España, Italia, Portugal. La emigración venezolana se asemeja mucho a la de los países latinoamericanos en general. En los últimos dos años se ha deteriorado la economía, el país se ha empobrecido muchísimo. Para que te hagas una idea, yo soy profesor universitario y el salario de un profesor titular es entre 6 y 7 dólares al mes, eso significa que si yo quiero comprar un pasaje que vale mil dólares, tengo que dedicar toda mi vida a comprar un pasaje. Cada vez se ha hecho más difícil viajar en avión, eso ha hecho que la gente opte por viajar en bus. El principal país de destino en este momento es Colombia, que tiene 550 mil y un poco más, el segundo lugar es Estados Unidos, el tercero es España, luego Panamá es importante, Argentina y Chile creciendo mucho.
¿Cuál es el perfil del emigrante?
En la medida en que tienes un mayor número, hay un mayor número de clases sociales también. Para estos últimos dos años recurro al informe que hace el gobierno de Argentina, que dice que la gente que está llegando es gente joven, trabajadora, preparada. El porcentaje que nosotros teníamos hasta 2015 era que el 90% tenía grado universitario, 40% maestría y 12% doctorado y posdoctorado. Los dos últimos años la emigración es distinta, pero sigue habiendo un buen nivel. Venezuela siempre fue un país de inmigrantes y por primera vez en 200 años se ha convertido en un país de emigrantes.
Usted conversó con muchos de ellos, ¿tienen en mente volver?
No, hay padres que se fueron con hijos y hoy ya son abuelos; gente que tiene pareja del país de acogida. Pero nadie sabe lo que va a ocurrir y las vueltas que da la vida.