Aerolínea pide a una mujer que pruebe que es la madre de su hijo
RT
Una entrenadora de baloncesto estadounidense ha pasado por un desagradable momento esta semana cuando una empleada de la aerolínea Southwest Airlines le pidió que demostrara que ella era la madre del niño mestizo con el que iba a viajar.
Lindsay Gottlieb, que entrena el equipo de baloncesto femenino de la Universidad de California, se disponía a abordar un vuelo nacional de Denver a Oakland este lunes junto a su prometido, Patrick Martin, y Jordan, el hijo de ambos.
Sin embargo, una agente de la aerolínea le pidió pruebas de que el niño era su hijo, a pesar de que el pequeño tenía su pasaporte. Así, pidió a Gottlieb el certificado de nacimiento del menor e incluso publicaciones de Facebook que demostraran el parentesco, según denunció la mujer en una serie de tuits posteriormente.
This family is on a holiday weekend adventure to support @Kenzie4bs at @usabasketball U18 trials. 💙💛🐻 pic.twitter.com/cbAcRdKyhJ
— Lindsay Gottlieb (@CalCoachG) May 26, 2018
Aunque la empleada explicó que la razón fue que madre e hijo tenían apellidos diferentes, la entrenadora está segura de que el motivo fue otro: «porque él tiene un color de piel diferente».
Las compañías aéreas no están obligadas a verificar que el apellido de un niño coincida con el de su acompañante en vuelos domésticos. Además, según Gottlieb, es la primera vez que le pasa algo parecido después de haber volado «unas 50 veces» con su hijo.
«Fue degradante e insensible, por no hablar de ineficiente. Si no fuera porque se retrasó, nosotros habríamos perdido el vuelo», se lamentó en otro tuit, en el que ha sugerido a la compañía que proporcione «un mejor entrenamiento» para sus empleados «para evitar que esto les pase a otros».
Southwest pidió disculpas a Gottleib, lamentando en un comunicado que su «interacción hubiera hecho que la familia se sintiera incómoda», ya que «esa nunca es nuestra intención».
Por su parte, la mujer explicó a AP que sentía que era su responsabilidad contar lo sucedido, para que la cobertura que ha recibido el suceso «pueda servir como una oportunidad de aprendizaje» y para que todas las familias, «independientemente de lo ‘tradicionales’ que puedan parecer, sean tratadas con dignidad y respeto».