Acusan a Walesa de haber colaborado con el régimen comunista polaco
AFP
El expresidente polaco y líder histórico del sindicato Solidaridad Lech Walesa fue acusado este jueves de colaborar en los años 1970 con los servicios secretos comunistas, a lo que el interesado respondió con un firme desmentido.
La acusación se basa en unos documentos obtenidos por el Instituto polaco de Memoria Nacional (IPN), que ya formuló la denuncia el miércoles en su página web.
«En su archivo personal hay un sobre con un compromiso manuscrito de colaboración, firmado Lech Walesa ‘Bolek’. Entre los documentos de ese archivo, hay también recibos escritos, firmados con el pseudónimo ‘Bolek'», declaró este jueves a la prensa Lukasz Kaminski, jefe de esta institución oficial que instruye crímenes nazis y de la época comunista.
Lech Walesa, que se encuentra ahora en Venezuela, desmintió rápidamente la acusación en su blog.
«No puede haber documentos procedentes de mí. Si existieran, no habría necesidad de inventarlos. Voy a demostrarlo ante la justicia», escribió.
En el pasado, Lech Walesa reconoció públicamente que había «firmado un papel» por orden de la policía durante una de las tantas detenciones que sufrió cuando era un sindicalista opositor al régimen comunista. Pero calificó de «absurda» cualquier acusación de colaboración con la policía política.
Kaminski dio este jueves una conferencia de prensa para decir que hace poco se encontraron nuevos documentos en el domicilio del ex ministro del Interior comunista y jefe de la policía secreta, el general Czeslaw Kiszczak, fallecido el año pasado.
El archivo sobre ‘Bolek’, nombre de código que varios historiadores atribuyen al ex presidente polaco, cuenta con 279 documentos y cubre el período 1970-1976. Según Kaminski, entre estos hay «numerosos informes y partes de encuentros entre funcionarios del SB y este último».
«Algunos informes están manuscritos y firmados con el pseudónimo ‘Bolek'», precisó.
La eventual colaboración de Walesa, premio Nobel de la Paz, sigue siendo un asunto polémico en Polonia desde el principio de los años 1990, y una fuente de polarización entre simpatizantes y detractores.
Entre sus enemigos jurados está Jaroslaw Kaczynski, líder del partido conservador Derecho y Justicia (PiS), actualmente en el poder en Polonia.
Las primeras acusaciones fueron lanzadas en 1992 por el entonces ministro del Interior, Antoni Macierewicz, actual titular de Defensa y estrecho colaborador de Kaczynski.
En 2000, un tribunal especial absolvió a Walesa de cualquier colaboración con el SB, los servicios secretos del ministerio del Interior.
Pero en 2008, el Instituto de Memoria Nacional relanzó el debate al publicar un libro que afirmaba que Walesa fue registrado como agente secreto en diciembre de 1970, y luego eliminado de los registros en junio de 1976 por «falta de voluntad de cooperación».
«Hasta ahora sólo hemos dipuesto de fotocopias o de extractos de registros. Si ahora tenemos el archivo completo con los documentos originales, el asunto quedará cerrado completamente», declaró a la prensa el historiador Andrzej Paczkowski, especialista de la época comunista y ex responsable del IPN.
Walesa, premio Nobel de la Paz en 1983, presentó varias demandas por difamación contra quienes lo acusaron de colaboración.
Una de ellas, en 2009, iba dirigida contra el presidente Lech Kaczynski, hermano gemelo de Jaroslaw fallecido en un accidente de avión en abril de 2010. Luego de la muerte del presidente, Walesa retiró no obstante la denuncia.
Pero la polémica no ceja.
«Lech Walesa sigue siendo en nuestros recuerdos aquél que firmó con un gran bolígrafo los acuerdos del 31 de agosto de 1980» entre Solidaridad y el poder comunista, un líder sindical «que se comportó muy bien» tras la represión ordenada por el general Wojciech Jaruzelski contre su sindicato en diciembre de 1981, estima el historiador y senador conservador Jan Zaryn.
Según él, si el dirigente de Solidaridad hubiera revelado antes su colaboración con los servicios secretos comunistas, «el mito de Walesa se habría mantenido entero, ya que habría sabido asumir su debilidad».