Actores de diálogo en Nicaragua critican a Almagro y la OEA y piden unión
EFE
El director de Radio Darío, Aníbal Toruño, y la feminista nicaragüense Azahalea Solís, que llegaron este jueves a Managua tras un viaje a EE.UU., criticaron el pronunciamiento de la OEA sobre la crisis en Nicaragua y a su titular, Luis Almagro, y afirmaron que la única salida es la «unión».
«Yo me vengo plena y completamente convencido de que esto está en manos de los nicaragüenses. Somos nosotros los que vamos a decidir el futuro. No está en manos de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ni del Gobierno de Estados Unidos», aseguró Toruño.
El periodista, que volvió a criticar la represión y la violencia del Gobierno de Daniel Ortega, dijo que el pronunciamiento de la OEA sobre la situación de su país «queda lejos» de lo que pasa, pues no condena «la violencia, ni especifica, ni dice de dónde viene y quiénes están asesinando».
Este jueves se cumplen 51 días en Nicaragua de una crisis sociopolítica que ha dejado al menos 127 muertos y más de un millar de heridos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Ante la situación, el pasado martes, la Asamblea General de la OEA aprobó una declaración para pedir el «cese inmediato» de la violencia en Nicaragua, pero no dirigió esa petición al Gobierno de Ortega, al que grupos humanitarios señalan como responsable.
A juicio de Toruño solo queda «desautorizar» al secretario general de la OEA, Luis Almagro, pues tiene dos visiones diferentes y «dos estándares» para medir lo que pasa en Nicaragua y lo que pasa en Venezuela, a pesar de que la propia CIDH ha sido testigo de las «atrocidades».
«Él pareciera ignorarlas. Pero tendrá que responder ante la historia, ante los nicaragüenses», reiteró, al señalar que las manifestaciones, los plantones y los bloqueos son una respuesta «firme y concreta, clara y meridiana» de que el pueblo quiere y desea que Ortega «termine este periodo de sangre y represión» para asumir las riendas de un nuevo futuro.
El periodista lamentó las críticas del Gobierno hacia él, al que señalan de apoyar a supuestos «grupos vandálicos de la derecha», y aseguró que se trata de una estrategia del «régimen de Daniel Ortega» que pasa por «sacar de circulación a personas importantes que están aportando a la lucha pacífica, a la construcción de la democracia y a la lucha de poder tener una nueva Nicaragua».
Estos mismos ataques son los que vive el académico Félix Maradiaga, dijo al solicitar unión porque, a su juicio, «los países democráticos» creen «total y plenamente» que Nicaragua «se enfrenta a una dictadura que ha matado, que ha asesinado» y que ahora es un país donde «hay un genocidio, hay represión».
«Pienso de que Daniel Ortega está más solo que nunca», sostuvo y abogó por continuar con el proceso de diálogo, ahora suspendido.
Nicaragua vive hoy una nueva jornada de tensión por la reunión entre Ortega y los obispos para saber si se continúa con el diálogo.
Azahalea Solís, integrante del Movimiento Autónomo de Mujeres, elogió la lucha de los nicaragüenses fuera y dentro del país «por la justicia y la democracia» y agregó que en la OEA se había producido un «logro» importante, pues antes Nicaragua «no estaba para nada en el radar».
No obstante, también compartió la opinión de que el futuro pasa por lo que hagan los nicaragüenses desde adentro, una lucha que pasa definitivamente por la «democratización de raíz».
Solís dijo que no habían podido «conversar directamente» con Almagro, pero reiteró que la confianza está puesta en el pueblo de Nicaragua.
«Nosotros haremos valer nuestros derechos en los tribunales, en los mecanismos internacionales. Tengo confianza en los pueblos de América Latina, en Gobiernos comprometidos con la defensa de los derechos humanos», agregó.
Y añadió, entre gritos de «Nicaragua libre» de miembros de la sociedad civil que los esperaban en el aeropuerto, que no puede haber diálogo en un ambiente de represión que «no para».
«Lo que la gente ha dicho desde el primer día es que se vayan. Se puede dialogar con él su salida», afirmó.
