Actividad empresarial de la Zona Euro se recupera tras contracción de seis meses

El índice PMI subió a 50,2 puntos este mes, desde el 49,3 de diciembre. Enero fue la primera vez que el índice estuvo por encima de la marca de 50, que separa el crecimiento de la contracción económica.

El dato incluso superó el pronóstico promedio que realizó una encuesta de la agencia de noticias Reuters, que lo ubicaba en 49,8 para enero de este año, lo que da optimismo al bloque que comparte el euro como moneda, en donde ya se rumora que la recesión puede golpear menos fuerte a algunos países.

No obstante, si los resultados se evalúan por países, se puede evidenciar que a las dos principales economías de Europa no les fue tan bien, o simplemente tuvieron un crecimiento modesto.

Francia no avanzó y el índice para enero fue de 49 puntos frente a los 49,1 de diciembre. En esta escala acumula resultados de actividad manufacturera, actividad fabril, el índice de nuevos negocios y hasta el de empleo, entre muchos otros.

Alemania, la principal economía de Europa, tuvo buenos datos y superó por siete décimas el puntaje de diciembre (49 puntos), hasta llegar a los 49,7 puntos en enero de este año.

En Francia, la segunda economía más grande de Europa, los datos recientes son peores que los registrados en diciembre. Alemania, economía líder del continente, remontó los números que registró en el último mes de 2022, mientras que Reino Unido, que no comparte el euro como moneda, teme caer en recesión luego de los datos del informe. © France 24 Epañol

Para el caso de Reino Unido, país que no comparte el euro como moneda, ya se empieza a hablar de un golpe más duro de la recesión que se avecina. Los datos de enero cayeron de los 49 puntos de PMI compuesto de diciembre, a los 47,8 puntos de su actividad empresarial recolectados en enero.

Con un escenario de elevada inflación y una lenta recuperación económica luego de los escándalos del mini presupuesto de la antigua premier Liz Truss, los mercados financieros prevén que el Banco Central eleve las tasas británicas hasta el 4% desde el 3,5% en la última semana de enero, con el objetivo de desincentivar el consumo y bajar la inflación de dos dígitos (10,5% anual de diciembre), y recuperarse del IPC de octubre que alcanzó el histórico 11,1% interanual.

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