+VIDEOS | ABP exige la libertad de todos los presos políticos en sus 16 años de fundado
Mildred Manrique
En el marco de la celebración de los 16 años de fundación del partido Alianza Bravo Pueblo (ABP), su militancia renovó su compromiso con el país y con libertad de todos los presos políticos, especialmente la de su líder Antonio Ledezma, quien permanece con medida de casa por cárcel.
La dirección nacional de la tolda exhortó a la Asamblea Nacional (AN) a declarar el abandono del cargo del presidente Nicolás Maduro y reactivar el juicio político. «Necesitamos un cambio urgente porque el país lo clama», dijo este lunes la alcaldesa Metropolitana encargada, Helen Fernández.
Por su parte, el diputado a la Asamblea Nacional (AN) y presidente encargado de ABP, Richard Blanco, hizo un llamado a fortalecer la unidad y conquistar el cambio democrático en el país. “La Unidad es y seguirá siendo la premisa para el avance de los cambios por la vía pacífica y electoral», dijo en declaraciones a la prensa.
Durante el modesto acto celebrado en Caracas, Blanco leyó un comunicado de Antonio Ledezma en el cual el líder opositor señaló que en el país “necesitamos una Unidad que sea más grande que nosotros mismos, una unidad superior a nuestras ambiciones y diferencias, una unidad que de corazón coloque a Venezuela por encima de los grupos e individualidades que representamos”.
Asimismo, Ledezma considera que «el gobierno trata de confundir a la opinión internacional, aparentando propiciar el diálogo, pero la verdad es que no hay avances porque es el gobierno el que incumple lo acordado, estropea las conversaciones y sigue confiando su suerte a la represión, valiéndose de amenazas destempladas y brutales maltratos a quienes solo reclamamos lo indispensable para vivir».
COMUNICADO INTEGRO:
XVI ANIVERSARIO ABP
MENSAJE A LA NACION
ANTONIO LEDEZMA Y ALIANZA BRAVO PUEBLO LLAMAN A FORTALECER LA UNIDAD Y CONQUISTAR EL CAMBIO DEMOCRÁTICO
A propósito del XVI Aniversario de su fundación, Alianza Bravo Pueblo (ABP) se pronuncia sobre la insondable crisis que agobia a los venezolanos y las enormes responsabilidades que se asoman en el horizonte del país.
El consumado fracaso del actual gobierno ha alcanzado proporciones descomunales, como lo evidencian el deterioro de las condiciones de vida de los venezolanos azotados por una feroz inseguridad, la carencia de alimentos y medicinas, todo como consecuencia de la destrucción de la economía productiva, la reducción de Venezuela a la condición de país rentista, agobiado por una deuda irracional e inexplicable, con su moneda envilecida y su tradicional riqueza petrolera en alarmante decadencia: Han derrumbado las instituciones claves de la República.
Los infames efectos de semejante tragedia se reflejan en la crisis humanitaria que empuja a miles de ciudadanos a sobrevivir de la basura, a regatear atención médica y forcejear contra la intención de aplicar una educación sesgada a sus hijos. Venezuela está en la ruina y ese empobrecimiento general, al abrigo de una bochornosa corrupción, superior con creces a la de cualquier otro lugar del mundo, es fomentado o tolerado desde el poder, mediante una descarada persecución policial y judicial contra la disidencia que denuncia esos hechos y propone soluciones.
Abatido por una impopularidad que lo cerca y fragmenta, el régimen madurista asola los organismos democráticos y se afirma como una dictadura que pisotea los derechos humanos, la Constitución y las leyes.
Tan sombrío modelo no cabe en este hemisferio, porque no se ajusta a las cláusulas democráticas y por tal razón es crecientemente rechazado por América y el mundo.
Precisamente por no ajustarse a las disposiciones democráticas del sistema jurídico regional, se ha planteado aplicarle la Carta Democrática Interamericana. Se trata de lograr por esa vía el restablecimiento de la pisoteada Constitución, la garantía de respeto a los derechos humanos, la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados.
Con relación al mecanismo del diálogo planteado, queremos precisar que es propio de auténticos demócratas transitar esa vía. Lamentablemente el gobierno le teme y lo sabotea, virtualmente lo ha paralizado, después de desvirtuarlo como camino hacia la justicia y la paz de Venezuela.
El gobierno trata de confundir a la opinión internacional, aparentando propiciar el diálogo, pero la verdad es que no hay avances porque es el gobierno el que incumple lo acordado, estropea las conversaciones y sigue confiando su suerte a la represión, valiéndose de amenazas destempladas y brutales maltratos a quienes solo reclamamos lo indispensable para vivir. Antonio Ledezma, líder fundamental de ABP, comparte la gallarda lista de más de cien presos de conciencia victimas de semejante intolerancia.
En ABP hemos aprendido a valorar los cambios democráticos que están en marcha en el hemisferio. El atrabiliario intento de imponer una ideología en las relaciones internacionales está siendo castigado por la decisión regional de fundarlas sobre bases de racionalidad, convivencia civilizada y mutuo provecho. Queremos agradecer la solidaridad de los organismos internacionales, de parlamentarios, ex Presidentes, alcaldes y mandatarios regionales, escritores, artistas, deportistas y de los ciudadanos del mundo que interactúan por
Las redes sociales, con la lucha épica que libra el pueblo de Venezuela. La unidad es y seguirá siendo la premisa para el avance de los cambios por la vía pacífica y electoral.
En este nuevo aniversario de ABP, ratificamos bajo fe de juramento a los venezolanos que sufren, a la disidencia nacional, incluso la que da muestras de valor en la base del poder y también a todos los que en el mundo se angustian por el inmerecido sufrimiento de los venezolanos, que ABP nunca desertará de sus obligaciones con la atormentada Venezuela, con la democracia y con el progreso sostenible de la humanidad. Como movimiento reivindicamos nuestra faena precursora de la Unidad, pero hoy debemos reflexionar al respecto exclamado que:
“Necesitamos una Unidad que sea más grande que nosotros mismos, una unidad superior a nuestras ambiciones y diferencias, una unidad que de corazón coloque a Venezuela por encima de los grupos e individualidades que representamos”.
ABP propone impulsar sin tregua un cambio de modelo y eso implica cambiar de gobierno lo antes posible. Como se ha dicho cuando se sugiere cambiar “el tipo de cambio”, primero hay que cambiar “al tipo” que nos desgobierna. Resulta inexplicable que dejemos morir el
Referéndum Revocatorio después de contar con el entusiasmo de la inmensa mayoría de los venezolanos. Pero no hay que perder tiempo en reproches, es hora de impulsar la agenda parlamentaria propuesta desde el mes de octubre, que contempla el Juicio Político al actual presidente de la Republica declarando el abandono del cargo, tal cual como esta contemplado en el artículo 233 de la Constitución Nacional. Y al mismo tiempo desarrollar acciones de lucha cívica en la calle, con el pueblo marcando la senda de su destino.
Luego dotar al país de un gobierno que surja de una elección popular, con la visión de que sea un gobierno incluyente, con una amplia base de apoyo, que sea capaz de aplicar las reformas perentorias para ponerle coto al desorden cambiario, a la corrupción y a la crisis de los servicios públicos; que revierta esta inseguridad espantosa y que le devuelva a Venezuela estabilidad política, seguridad jurídica y confianza, que atraiga inversiones propias y extranjeras, que haga reverdecer la agricultura, la industria manufacturera, que estimule el emprendimiento, que sanee la industria petrolera y reavive las empresas de Guayana; que permita el retorno de miles de exiliados que con su talento, su imaginación, sus experiencias, juntos hagamos de Venezuela un país con educación de calidad para todos.
ABP propone que con el recurso humano demos el gran salto de país rentista al país productivo, sin olvidar que en este trance no hay que descuidar a esa franja de familias que requieren de una política social que los auxilie a sobrevivir en la pobreza, pero eso sí, con la determinación de sacarlos de ese abismo para que se conviertan, en próximos ciclos, en ciudadanos generadores de riqueza y bienestar para Venezuela y para sí mismos.