ABC de la Semana sobre Venezuela | La Suerte está echada
Agencias
Estados Unidos ha dicho en reiteradas oportunidades de que no van a estar expectantes al drama humano que ocurre en Venezuela. No estamos solos.
Comencemos por recorrer lo que he denominado como “Proyecto Trump”, que no es más que la reestructuración interna de los Estados Unidos y pasando por el relanzamiento de su política exterior.
Es necesario entender de qué va ese proyecto para poder tener un panorama más claro. A continuación, voy a colocar un extracto del artículo “Our Hemisphere 3 – Cavalry Charge”:
“…Pasa por dos ejes fundamentales: Inmigración y Terrorismo. Es aquí donde entendemos la política del muro (que en este punto lo tomaremos como un muro físico) para controlar la entrada de personas ilegales, como también otros elementos indeseables en esa y cualquier otra sociedad, además de la entrada de terroristas.
Teniendo controlada la entrada de manera física, es lógico pensar que también se endurecerán las medidas para la entrada legal a los Estados Unidos, dando entrada a los ciudadanos que ellos consideren que sean verdaderamente útiles a su nuevo sistema político, como también ideológico. Es aquí donde podemos tomar como ejemplo lo que pasa en Europa, la cual está prácticamente tomada por el Islam y, en 20 años, la Europa que aún conocemos hoy en día, pudiese transformarse totalmente. Puede que estas palabras sean difíciles de digerir para muchos, pero tenemos que tener muy en claro que, en este momento, el Islam se trata de un proyecto militar de colonización (más no una religión), siguiendo una férrea doctrina de conducta, enmascarada de doctrina teológica, la cual es muy ajena al sistema de valores de la civilización occidental (…)
Una vez controladas las fronteras, se da paso a la siguiente fase del proyecto Trump, el cual es la activación del aparato industrial interno de los Estados Unidos y es en este momento donde entendemos el por qué la salida de esa nación del Acuerdo de París, ya que necesitarán hacer frente (industrialmente hablando) a la nueva demanda interna de productos que se requerirán para los próximos años, como también con el bloque regional del hemisferio. Ahora bien, el Proyecto Trump para su correcto funcionamiento, necesita de algo fundamental para su puesta en marcha: necesita el hemisferio estable.
En pocas palabras, no necesita de naciones que puedan ser un dolor de cabeza a escasas horas de vuelo de suelo norteamericano. Es aquí donde entra en juego la aplicación de medidas que sirvan para eliminar el problema de raíz que pueda traer riesgos reales a la seguridad nacional de los Estados Unidos; esta es la razón fundamental por la que considero que la administración de Donald Trump tomará acciones reales en el caso de Venezuela y muy en segundo lugar, en Cuba.”
Es necesario tener ese punto muy claro, ya que el “Proyecto Trump” tiene una razón de ser y obedece a un plan; la mejor muestra del avance en el sentido de política exterior puede ser apreciada en la Nueva Estrategia de Seguridad Nacional.
Lo expresado por Henry Kissinger sobre la forma de llevar la política exterior de Donald Trump es fundamental. Aquí sus palabras:
“Todos los países tienen que considerar dos cosas: una, la percepción de que el presidente anterior, o el presidente saliente, básicamente retiró a Estados Unidos de la política internacional, por lo que tuvieron que hacer sus propias evaluaciones de sus prioridades. Y, en segundo lugar, que hay un nuevo presidente que hace muchas preguntas desconocidas. Y debido a la combinación del vacío parcial y las nuevas preguntas, uno podría imaginar que algo extraordinario y nuevo surge de ello”
Entonces Kissinger lo dice sin rodeos: “Trump pone a América (EE. UU.) y su gente primero. Esta es la razón por la cual la gente lo ama y esta es la razón por la que permanecerá a cargo por tanto tiempo. No hay nada malo en él y las personas necesitan abrir los ojos”.
Aquí tenemos otra reunión entre Henry Kissinger y Donald Trump en la Casa Blanca:
Al salir de la misma, Trump destacó: “Anduvimos por el camino equivocado anteriormente. Todo lo que tenemos que hacer es ver y si miras durante los últimos 25 años a través de numerosas administraciones, estuvimos en un camino de un gran problema, un problema que el mundo no ha visto antes. Estamos (ahora) en el camino correcto. Créanme.”
Teniendo este preámbulo, podemos comenzar a exponer ciertos acontecimientos y cómo ellos influyen directamente a Venezuela.
En el discurso del Estado de la Unión, ante el Congreso de EE. UU., Donald Trump dejó muy en claro la postura que de ahora en adelante tendrá Estados Unidos en el plano interno y en su política exterior, ratificando además lo que les he mencionado sobre el “Proyecto Trump”, dejando de ser una teoría de quien les escribe, para convertirse en una realidad.
Es aquí donde vale la pena traer a colación los siguientes puntos que nos comienzan a ratificar el “Proyecto Trump”:
En el tema económico destaca lo siguiente:
“Desde la elección creamos 2,4 millones de nuevos puestos de trabajo, incluidos 200 mil nuevos trabajos en el sector manufacturero” (…) “Después de años de estancamiento de los salarios, estamos finalmente viendo salarios que suben”.
En esta importante declaración, dice: “La era de sometimiento económico (de EE. UU.) se ha acabado por completo”, refiriéndose a los países que se han aprovechado de las políticas comerciales exteriores, específicamente China.
“Los Estados Unidos son un país de constructores (…) Construimos el edificio Empire State en sólo un año: ¿no es una vergüenza que ahora se pueda tardar diez años solo para conseguir la aprobación de un proyecto para hacer un simple camino?”. Lo que le mencionamos: reactivan de la construcción y ampliación de infraestructura.
En el tema de inmigración no hay mayores puntos que resaltar, pero sí los hay en los temas de política exterior, como: “En todo el mundo enfrentamos a regímenes sin control, grupos terroristas, y rivales como China y Rusia que amenazan nuestros intereses, nuestra economía y nuestros valores”. Y entrando en materia sobre el “tema Venezuela”, Trump menciona lo siguiente: “Mi Gobierno también ha impuesto duras sanciones a las dictaduras comunistas y socialistas de Cuba y Venezuela”. Estamos hablando del discurso del presidente de los Estados Unidos en la cámara de representantes de su país. Cada palabra está calculada.
En otro tratamiento, Rex Tillerson dio un discurso en Austin, Texas antes de salir de gira por países de la región para tratar el tema Venezuela, nombrando a Rusia y a China, donde dejó colar la idea de que China era una economía voraz y extractivista de recursos y Rusia a su vez, eran unos vulgares vendedores de armas a regímenes que no comparten los valores democráticos. Semejante mensaje es algo bastante serio, ya que podríamos considerarlo de “hostil” por parte de los Estados Unidos; tenemos que tener claro de nuevo que las potencias mundiales cuidan muy bien sus palabras.
Ahora bien, vemos la coordinación de las agendas de política exterior de los Estados Unidos entre Venezuela y otro frente de guerra abierto en Asia, como lo es Corea del Norte. Tillerson hizo una gira dando un mensaje bastante duro y bastante claro sobre lo que ocurre en Venezuela y de qué acciones hemisféricas tomar para la solución del conflicto. Lo propio hizo Mike Pence en su gira en Asia con relación a Corea del Norte, dejando muy en claro que se les agotó la paciencia y que van a responder de manera contundente ante cualquier acto hostil del régimen asiático nuclear, haciendo gala de su poderío militar, donde “todas las opciones están sobre la mesa”, estando dispuestos a actuar para la defensa de sus aliados y socios.
¿El “Nuevo Eje” al rescate? Una idea que se ha tornado recurrente y ronda con cierta regularidad tanto por las redes sociales como en la calle, es aquella de que Rusia y China van a apoyar militarmente a Venezuela para “defenderla” de la amenaza imperial.
Utilizo la palabra “idea” porque me parece que es lo más acertado para describirla. En ese sentido, les quiero decir por qué, además de ser altamente improbable, raya también en lo ficticio. Miren. Rusia no tiene la capacidad militar para desplegar una fuerza militar digna de repeler una invasión de Estados Unidos. Para empezar, cuenta con un solo portaaviones y es mayor el tiempo que pasa en un dique seco por reparaciones, que el que pasa desplegado en escenarios militares. A su vez, tendría que enviar a muchas tropas y ¿cómo lo hará? Pues, tendría que pasar por muchos lugares que harían evidente esa intención como el mar Báltico, custodiado por Estonia-Lituania-Letonia (recordar ejercicios militares de esos países con Estados Unidos el año pasado).
Otra opción sería pasar por el mar de Berens y luego por el mar de Noruega para entrar en el Atlántico, es decir, una verdadera travesía. Y claro, también está la otra opción de atravesar el Océano Pacífico ¿y luego qué? ¿entrar con toda esa fuerza militar por el canal de Panamá? Suponiendo que, ellos quieran mantener el “factor sorpresa” para “apoyar” a Nicolás Maduro militarmente (cosa que veo imposible, porque tal despliegue sería más que público y notorio, sin dejar de mencionar que los servicios de inteligencia occidentales lo detectarían), pasarían por el estrecho de Magallanes, para subir luego el Atlántico Sur y entrar en el mar Caribe. Lo mismo tendrían que hacer con alguna fuerza naval y claro, todo esto sin ser detectados por satélites y servicios de inteligencia en pleno siglo XXI.
¿De verdad creen eso? No sin antes mencionar que cualquier despliegue militar por parte de Rusia a Venezuela sería tan sencillo como un acto hostil de ese país no solamente a los Estados Unidos, sino al hemisferio entero y me atrevería a decir que a todo Occidente. Lo mismo que China y ellos no va a entrar en un conflicto militar con Estados Unidos (ni con Occidente) porque ellos están muy ocupados contando sus dólares provenientes del comercio exterior. Ni China ni Rusia van a entrar abiertamente a un conflicto militar por “defender a Venezuela del imperialismo”.
Sin embargo, no podemos desmeritar la idea de una entrada militar de Rusia e Irán (descartando ya a China) en Venezuela ya que, si bien la considero prácticamente imposible por motivos tanto económicos como políticos, muy bien pudiesen financiar guerras proxy sobre nuestro territorio y he aquí donde vemos la imperiosa necesidad de una respuesta rápida por parte de Estados Unidos para la resolución del caso Venezuela. Es por esta razón, que me hacen pensar que Estados Unidos va a actuar militarmente en Venezuela, pero esto lo vamos a decir en mayor detalle más adelante en este escrito en la evaluación de escenarios.
ESCENARIOS
Tenemos que evaluar los escenarios con la información que tenemos a través de las diversas agencias de noticias y según el análisis que de ellas podamos sacar. A partir de allí, vemos los 4 escenarios posibles como su factibilidad en el terreno geopolítico, analizando también las consecuencias de cada uno.
1.- Sin acciones: Este escenario es el más difundido por las personas y también por uno que otro medio, pero ¿por qué yo lo veo como el más improbable de todos? Por una razón geopolítica: el no actuar en Venezuela, sea en las circunstancias que sean, sería una verdadera catástrofe. Sería incluso peor que la política exterior de la pasada administración de Obama en la región.
No actuar en Venezuela traería como consecuencia la consolidación definitiva del régimen venezolano en la región, sirviendo luego el territorio venezolano como una plataforma satélite en pleno corazón del hemisferio que definitivamente lo desestabilizaría no sólo por el tema de refugiados, sino por la cantidad de intereses geopolíticos existentes en Venezuela. Allí, muchos actores como Rusia, Bielorrusia, Irán y Turquía tendrían una suerte de “Patente de corso” para traer agentes de desestabilización como instructores, propagandistas, mercenarios, guerra electrónica, terroristas, lavadores de dinero y demás que conviertan a Venezuela como el “Paraíso pirata” ya no del hemisferio, sino del mundo entero y todo eso en el hemisferio estadounidense y a pocas horas de vuelo de su territorio.
Considero que la factibilidad de este escenario es: Muy baja.
2- Renuncia de Maduro: este escenario está dentro de las posibilidades reales de la resolución del conflicto venezolano, ya que sería la vía más pacífica, ya que por medio de organismos y supervisión internacional existirían elecciones libres, como también la demolición del sistema político chavista, dando paso a nuevos escenarios políticos internos.
A pesar de eso, yo veo muy difícil que esto ocurra ¿Por qué? Por un hecho que marca una línea bastante clara de Occidente y es el pronunciamiento de la Corte Penal Internacional en abrir una evaluación preliminar para evaluar las acciones del régimen venezolano en el 2016 y, en caso de dar resultados, se establecerían las responsabilidades correspondientes. En vista de la gran cantidad de evidencias en ese sentido, considero que esa evaluación preliminar dará resultados, donde figuras del alto mando militar y el alto gobierno tendrán una demanda internacional.
Es allí donde les pregunto: Si usted fuese un dictador acusado internacionalmente de crímenes de lesa humanidad, ¿usted renunciaría para enfrentar la posibilidad de ser detenido en su exilio y pasar el resto de sus días en prisión? Pues, yo creo que la respuesta sería no.
Maduro no puede renunciar ni queriendo. A pesar de que él es uno de los poquísimos del régimen que podría fijar términos de entrega, hay otros que no. Su único escudo es la inmunidad diplomática que les otorga estar en ejercicio de funciones.
Considero que la factibilidad de este escenario es: Baja.
3.- Un “golpe de estado”: Vea bien que la palabra “golpe de estado” está entre comillas, porque en este punto no sería un golpe de estado convencional, con despliegue de tanques, efectivos del ejército disparando y demás. No. Considero que serán unos altos mandos militares que sentarían a Maduro y dijesen algo como: “Tienes que renunciar. En la pista hay un avión que te va a llevar a “X” destino. Ya todo está hablado y te vas a ir con impunidad, pero te tienes que ir y es ya. Nosotros vamos a entregar a la Justicia Internacional a tal o cual funcionario del gobierno, pero tú te vas”.
Este escenario hablando en términos militares y políticos sería el más eficaz: el régimen en cuestión de horas quedaría desmantelado de manera interna y se ofrecerían las mismas garantías de cambio político que en el escenario anterior.
Ahora bien, usted se preguntará: “¿por qué los militares harían algo así?” Por una sencilla razón: muchísimos militares están siendo presionados para ejecutar este escenario y así, Estados Unidos evitar tener que actuar militarmente para no tener que asumir el costo económico y político que significaría una intervención militar. Las presiones a los militares son respecto a sanciones económicas y que afectarían a sus familiares directos. Para nadie es un secreto que los militares venezolanos están metidos en grandes casos de corrupción, como también en el tráfico de droga, por lo que “tumbar a Maduro” les significaría inmunidad inmediata por “sus servicios prestados”. No por casualidad Estados Unidos ha dicho mensajes “alentando” a los militares venezolanos a deponer al régimen venezolano.
A pesar de todo lo dicho anteriormente, no creo que este escenario sea del todo el que ocurra y no es por un asunto de ‘cobardía’ por parte de los militares, sino por una razón netamente operativa: No creo que estén articulados, sin mencionar el hermetismo que este tipo de acciones requiere por razones obvias. Lograr ese grado de articulación con los militares que estén dispuestos a asumir un “golpe de estado”, me parece una labor tan titánica como ejecutar el golpe en sí.
Pero allí no acaba todo, asumiendo que exista un sector del alto mando militar que decida dar ese paso, tendríamos que ver cómo toman esa noticia los rangos operativos de esta acción tales como Mayores, Capitanes, Tenientes, Sargentos y Tropas regulares donde, notaríamos el grado de ideologización sufrido por ese sector de la sociedad en todos estos casi 20 años de penetración cubana o no. Está de más mencionar que en este escenario está muy presente el germen de una guerra civil en Venezuela, pudiendo incluso desencadenar la intervención militar extranjera en un mediano o largo plazo, pudiendo incluso traer a otras naciones para participar en el conflicto.
Lo cierto es que los militares venezolanos tienen mucho, pero mucho que pensar y considerar en estos momentos por algo como esto:
Entendamos que los únicos en toda esta situación que pudiesen enfrentar cargos penales en tribunales internacionales son los militares, porque los militares son institución y más de uno debe estar pensando: “¿qué significa eso de que usamos las armas contra la población a título personal?” Sin duda alguna, aparte de hacer un patético control de daños, también comienzan a lavarse las manos para entregar al militar que tengan que entregar y eso debe estar llamando a reflexiones.
La posibilidad de que este escenario se cumpla depende única y exclusivamente de cuanta presión internacional los militares venezolanos puedan soportar (o no), pasando también por la cantidad de articulaciones que puedan lograrse para tener una “masa crítica” militar operativa para un “golpe de estado”.
Considero que la factibilidad de este escenario es: Moderada.
4.- Intervención militar Extranjera: Por muchas razones, este es el escenario que más se adapta a las demandas hemisféricas de EE. UU., y también a la consolidación definitiva de la política exterior de la Administración Trump. Haciendo un repaso de los discursos de Trump, como también el más reciente de Rex Tillerson en Austin antes de hacer su gira por Latinoamérica, pasando por lo dicho por el Director de la CIA y el Vicepresidente Mike Pence, podemos notar que ya se identifica el grado de penetración que tienen tanto China como Rusia en el hemisferio como un problema de seguridad nacional, no dejando de lado a Irán, Hezbollah y el narcotráfico. Al ejecutar una intervención militar en Venezuela, EE. UU. estaría trazando una línea bastante clara y profunda a los ojos de cualquier potencia anti-occidental que pretenda instalar un estado satélite en el continente americano.
Es aquí donde también tenemos que analizar el contexto geopolítico inmediato que atraviesa la región. En el momento en que se escribe este artículo, el candidato Gustavo Petro está punteando en las encuestas. Está demás decir cuáles serían los efectos para la región en caso de que éste gane la presidencia de Colombia. Es aquí donde vemos el escenario mucho más complejo de lo que ya es, es decir, una intervención militar por parte de los Estados Unidos, utilizando el territorio colombiano como plataforma, podría influir sensiblemente en el comportamiento del electorado, al fortalecer la retórica izquierdista anti-estadounidense. En este contexto, existen dos opciones: o se hace antes de las elecciones de Colombia o después. Miren. La factibilidad de que se hagan antes de las elecciones de Colombia dependería de cuan comprometida llegase a estar la región en participar activamente en una intervención militar, es decir, comprometiendo tropas y su discurso político. Actuar antes sería el “escenario ideal”, ya que la respuesta política que se estaría dando a la región y al mundo es que se va a actuar militarmente en un bloque cohesionado cualquier intención de penetración en el hemisferio.
Ahora, la opción de esperar luego de las elecciones de Colombia daría tiempo a la posibilidad de ejecución del Escenario 3, además de no afectar al comportamiento electoral. Considero que ya en este escenario, Estados Unidos podría incluso actuar de manera unilateral en la intervención militar en Venezuela, ya que además de tener la disposición para hacerlo, cuentan con la capacidad para hacerlo.
Tengamos en cuenta que es bastante probable que Francia participe en este escenario. Recordemos dos cosas: la idea que expresó Macron en crear a una “Fuerza común de intervención europea”, porque, según lo expresado por el jefe de estado francés: “Europa es “demasiado débil, demasiado lenta, demasiado ineficaz”.
Les pregunto: ¿Qué mejor “currículum” para esa fuerza militar de intervenciones europeas que la actuación en Venezuela? Además, Francia cuenta con una base militar de la Legión Extranjera en Guyana Francesa, así que por razones operativas no sería un problema. En el aspecto político, Trump y Macron han expresado una visión común sobre el destino de Occidente y Macron a su vez, quiere posicionar a Francia como una referencia geopolítica en Europa, desplazando a Alemania de ese lugar. Así que Macron puede perfectamente participar en una operación de ese tipo por razones políticas (y también económicas)
La visita del almirante Kurt Tidd, el jefe del Comando Sur en reuniones con el Vicepresidente de Colombia, como también el alto mando militar de ese país, marcan sin lugar a duda, un mensaje político-militar bastante claro y bastante serio. Tan es así, que luego de esa visita, Colombia militariza sus fronteras con Venezuela y se habla de 2.000 efectivos militares desplegados (estoy seguro de que de trata de muchos más).
Tengan claro algo: las superpotencias no se pueden dar el lujo de fanfarronear y un despliegue de tropas para hacer un “pote de humo” resulta verdaderamente costoso, tanto en términos militares como en términos logísticos. Recuerden también que la GUERRA es ECONOMÍA y la ECONOMÍA es GUERRA.
Considero que la factibilidad de este escenario es: Alta.
Entendamos que como lo asume Estados Unidos, esto es un desafío a todo el hemisferio. America first is not America alone. Además de tener un valor semántico, también obedece a algo netamente estratégico; Estados unidos involucra a todo el hemisferio -y también a Occidente- en resolver el problema. La gira de Tillerson no fue para imponer una agenda, sino para lograr las cuotas de responsabilidad de cada país -unos en mayor medida que otros- y de esta manera dar una respuesta en bloque a lo que pasa en Venezuela y a lo que significa Venezuela: El país ha sido secuestrado por fuerzas anti-occidente.
Tiene que quedar claro que no es algo que podría ser tomado como complicidad, como algunos sectores pudiesen argumentar. No. Se trata de una respuesta en bloque de Occidente para también dejar un mensaje claro “No solo se trata de Estados unidos, es del hemisferio y daremos una respuesta coordinada en caso de que vuelva a ocurrir”.
Consideraciones finales
Venezuela es Occidente y en Occidente “no pueden” pasar cierto tipo de cosas y mucho menos en la época 2.0.
Noten que en esta oportunidad no he mencionado en ningún momento a los actores políticos nacionales. Ellos (sean quienes sean) podrán hacer y declarar lo que les provoque, porque lo cierto es que ya no importan. Cada quien verá a que sombra se cobija. El país y el mundo los está viendo y ya saben quién es quién. Ya el momento de definiciones pasó.
Estados Unidos ha dicho en reiteradas oportunidades de que no van a estar expectantes al drama humano que ocurre en Venezuela. Lo cierto de todo es que no estamos solos.
Estimado lector, sepa muy bien que la suerte está echada.
Tomado de doncorneliano.wordpress.com