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Este sábado se cumplen 18 años del 11 de abril de 2002, una fecha que marcó parte de la historia contemporánea de Venezuela cuando tras una sangrienta jornada en el centro de Caracas se dio la renuncia, derrocamiento para otros, del fallecido presidente Hugo Chávez.
Los hechos que llevaron al trágico día fueron consecuencia de una serie de acontecimientos reflejo de la inestabilidad política del momento, comenzando por un paro petrolero meses atrás y concluyendo con una manifestación opositora nunca antes vista en el país.
El 11 de abril miles de personas acudieron a un llamado a la protesta contra el gobierno. La marcha inicialmente tenía previsto permanecer ante la antigua sede de Petróleos de Venezuela en Chuao, pero con el correr de las horas se decidió ir al Palacio de Miraflores para exigir la renuncia de Chávez.
Antes de que la manifestación llegara a la sede presidencial los simpatizantes del mandatario interceptaron a los opositores y estallaron fuertes enfrentamientos. Fue emblemática la presencia de francotiradores en el Puente Llaguno, sobre la céntrica avenida Baralt a unas tres cuadras del Palacio, que disparaban en contra de la multitud. Las víctimas mortales de ambos bandos sumaron 19 y los heridos 127.
Aproximadamente a las 3:45 de la tarde, el presidente Chávez en cadena de radio y televisión dijo que se encontraba en su puesto enfrentando la situación. Luego, pasada la medianoche después de una larga y angustiosa incertidumbre, efectivos militares lo trasladaron detenido hasta Fuerte Tiuna y el entonces general Lucas Rincón anunció que se le solicitó al gobernante la renuncia de su cargo, «la cual aceptó”.
Asume Carmona
Pedro Carmona Estanga, presidente de Fedecámaras y vocero del sector opositor, fue nombrado presidente. Éste solo duraría en el cargo poco más de 24 horas, ya que el día 13 diversas manifestaciones populares y la participación de militares leales condujeron a la restitución de Chávez en la jefatura del gobierno.