Oxigenación cerebral es menor en los mayores
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Investigadores del Instituto Mercer para el Envejecimiento con Éxito (MISA) y del Departamento de Física Médica del Hospital St. James y del Trinity College de Dublín (Irlanda) han descubierto que la oxigenación del cerebro es menor en los adultos mayores más frágiles con múltiples problemas de salud (multimorbilidad), lo que los pone en riesgo de sufrir desmayos y caídas.
La oxigenación cerebral (la medida del oxígeno en el tejido cerebral) refleja el equilibrio entre el suministro y el consumo de oxígeno y es vital para el mantenimiento de la función cerebral normal y la integridad de los tejidos.
El estudio, publicado en la revista ‘Journal of the American Geriatric Society’, demostró, en un grupo de 350 adultos mayores, que los que padecen múltiples enfermedades crónicas, especialmente las mujeres, son más propensos a sufrir tanto grandes caídas de la presión arterial como una menor oxigenación cerebral tras ponerse de pie, lo que aumenta su riesgo de mareos, desmayos y caídas.
En este sentido, la multimorbilidad se asocia a una menor presión arterial después de ponerse de pie. De esta forma, los monitores que miden la presión arterial durante cada latido desempeñan un papel fundamental en la evaluación clínica de las caídas y los desmayos.
Además, la presencia de múltiples problemas de salud también está relacionada con grandes caídas de la oxigenación cerebral tras ponerse de pie. Según los investigadores, unos sencillos sensores que miden la oxigenación del cerebro podrían mejorar el diagnóstico y el tratamiento de los mareos, las caídas y los desmayos en el futuro, especialmente en el caso de las personas con múltiples enfermedades.
El estudio se enmarca en un programa de investigación más amplio que estudia nuevas formas de detectar a las personas con riesgo de desmayo mediante nuevos sensores cerebrales y herramientas de inteligencia artificial.
«La medición de la oxigenación cerebral y la presión arterial puede ayudarnos a entender y gestionar la multimorbilidad y cómo ésta conduce a resultados de salud deficientes, como los desmayos y las caídas en las personas mayores», aclaran los investigadores.
La profesora Rose Anne Kenny, co-directora del estudio, ha celebrado que estos resultados «arrojan nueva luz» sobre algunas de las afecciones más comunes en los pacientes de edad avanzada, que son las causas más comunes de las fracturas de cadera y los traumatismos craneales.
«La detección de la presión arterial baja intermitente y la baja oxigenación cerebral ofrecen un enfoque novedoso para prevenir discapacidades graves y, por tanto, mantener el bienestar y la buena salud durante más tiempo», expresa.
«Nuestro trabajo ha descubierto que pueden aparecer nuevos signos de envejecimiento cerebral acelerado en personas con enfermedades crónicas comunes, lo que aumenta el riesgo de caídas y, por tanto, de problemas de salud», reitera por su parte la investigadora Laura Pérez-Denia, del Departamento de Gerontología Médica del Trinity College de Dublín, el MISA y el Departamento de Física Médica del Hospital St James.
En este sentido, destaca que han descubierto que estos signos pueden detectarse mediante nuevas tecnologías de sensores cerebrales que son baratas y prácticas para el uso clínico, «lo que abre nuevas vías potenciales para el tratamiento», concluye.
Con información de Infosalus.