4 civiles muertos por disparos de «cascos azules» en la República Centroafricana - 800Noticias
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EFE

Al menos cuatro civiles murieron después de que «cascos azules» de la misión de Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA) abrieran fuego contra una multitud de personas en el oeste del país, informaron este sábado a Efe las autoridades locales.

Ayer por la tarde se vivieron momentos de tensión en Bouar, cuando una falsa alarma de un ataque armado en la localidad generó psicosis entre la población, que empezó a correr por las calles atemorizada e intentado encontrar un sitio donde esconderse.

«Las fuerzas de paz de la misión de la ONU abrieron fuego contra la multitud y mataron a 4 civiles cuando corrían hacia el campamento de la MINUSCA para buscar refugio», explicó el diputado de Bouar, Benjamin Kaigma, que precisó que los soldados eran de Bangladesh.

Por eso, aseguró, las autoridades locales pedirán a la misión de la ONU que explique por qué los soldados abrieron fuego contra civiles indefensos.

El portavoz de la MINUSCA, Vladimir Moteiro, aseguró que los soldados dispararon porque la base militar «sufrió una incursión de una multitud de civiles».

«Se entendió que era una incursión porque los civiles querían acceder al almacén de municiones de la base, por lo que los encargados de proteger este almacén dispararon», añadió el portavoz de la misión.

La MINUSCA, creada en septiembre de 2014 mediante la resolución 2149 del Consejo de Seguridad de la ONU, destina cerca de 12.000 efectivos de diferentes nacionalidades al mantenimiento de la paz en este país

Las tareas de la MINUSCA, entre otras, son la protección de los civiles, la contención de la violencia y el apoyo a las autoridades para establecer una transición política a través de un diálogo político inclusivo.

Esta misión de la ONU ha sido criticada duramente en los últimos meses por los repetidos abusos sexuales, en muchos casos a menores, supuestamente cometidos por sus «cascos azules».

Esos casos llevaron a las Naciones Unidas a tomar medidas para tratar de asegurar una política de «tolerancia cero» con este tipo de crímenes, por lo que decidió repatriar a centenares de soldados y poner en marcha investigaciones y programas para asistir a las víctimas.

La República Centroafricana vive un complicado proceso de transición desde que en 2013 los exrebeldes Séléka derrocaran al presidente, François Bozizé, lo que desató una ola de violencia sectaria entre musulmanes y cristianos que causó miles de muertos y obligó a cerca de un millón de personas a abandonar sus hogares. EFE

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