#26Jun | Venezolanos piden justicia en el Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura - 800Noticias
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La tortura es un delito en virtud del derecho internacional. La prohibición de la tortura es absoluta e inequívoca. La tortura no puede justificarse bajo ninguna circunstancia, ni un estado de guerra ni en respuesta al terrorismo, la inestabilidad política ni a ninguna otra emergencia pública.

Sin embargo, muchos Estados siguen practicando o tolerando la tortura. Persiste la impunidad de los autores. Las victimas siguen sufriendo.

Cada 26 de junio se conmemora el Día Internacional en Apoyo de las Victimas de la Tortura, una ocasión para recalcar el derecho internacionalmente reconocido de todos los hombres y las mujeres a vivir libres de la tortura. Es una oportunidad para reafirmar nuestra decisión colectiva de prohibir la tortura y todos los tratos o castigos crueles, inhumanos y degradantes.

En Venezuela han sido miles los ciudadanos que han sido víctimas de torturas y tratos crueles y degradantes a manos de un régimen que viola los Derechos Humanos desde hace dos décadas en el poder. Una práctica que debe cesar y que el mundo repudia mientras espera se concrete un cambio político que acabe con los desmanes de la tiranía.

A la fecha, según cifras del Foro Penal Venezolano, se registran 688 presos políticos, víctimas de torturas y aislamientos. Ellos tras las rejas y otros miles de venezolanos en la calles son torturados a diario por falta de alimentos, atención médica adecuada, medicamentos y deficiencias en los servicios públicos. El mundo conoce esta realidad y se suma a la lucha por la libertad.

¿Qué es la tortura?

«Se entenderá por el término ‘tortura’ todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas». — Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (1984, artículo 1, párrafo 1).

Con la tortura se trata de destruir la personalidad de la víctima despreciando la dignidad intrínseca de todo ser humano. Las Naciones Unidas han condenado desde sus comienzos su práctica por ser uno de los actos más aborrecibles que los seres humanos cometen contra sus semejantes.

La tortura se considera un crimen en el derecho internacional. Está absolutamente prohibida en todos los instrumentos internacionales y no puede justificarse en ninguna circunstancia. Esta prohibición forma parte del derecho internacional consuetudinario, lo que significa que es vinculante para todos los miembros de la comunidad internacional, aun si un Estado no ha ratificado los tratados internacionales en los que se prohíbe explícitamente. Su práctica sistemática y generalizada constituye un crimen contra la humanidad.

Para recuperarse de la tortura se requieren programas especializados de rápida actuación. El trabajo de los centros de rehabilitación y de las organizaciones especializadas de todo el mundo han demostrado que las víctimas pueden hacer la transición desde el horror a la curación.

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