100 muertos en un mes deja nueva fase de guerra antidroga en Filipinas
EFE
Más de cien supuestos narcotraficantes y toxicómanos han muerto en enfrentamientos con la policía desde que hace un mes el presidente del país, Rodrigo Duterte, reanudara la campaña antidroga con la promesa de que sería menos sangrienta, informó hoy la Policía.
Un total de 107 sospechosos fueron abatidos por agentes tras supuestamente resistir el arresto durante 4.973 operaciones policiales en todo el país, dijo el jefe de la Policía Nacional, Ronald dela Rosa, en una rueda de prensa televisada.
Los policías han visitado en el último mes 578.246 domicilios y han detenido a 7.940 sospechosos, según los datos oficiales.
El jefe de la Policía filipina indicó que 71.620 drogadictos y traficantes se han entregado voluntariamente a las autoridades desde el inicio, el 7 de marzo, de la operación Double Barrel Reloaded (Doble Cañón Recargado), como se conoce a esta segunda fase.
La nueva etapa, iniciada tras una suspensión temporal de un mes, partió con el objetivo de ser «menos sangrienta, si no carente de sangre por completo», según indicó entonces el propio Dela Rosa, que incluso invitó a la Iglesia católica a supervisar las acciones de los agentes.
En este sentido, el jefe de la policía evaluó hoy que la reanudación de la campaña está siendo «menos sangrienta, porque son menos los sospechosos que responden con disparos a la policía o ponen a los agentes en peligro».
Dela Rosa avanzó que las operaciones no se interrumpirán durante la Semana Santa, una de las festividades más importantes de Filipinas, un país mayoritariamente católico.
A finales de enero, Duterte suspendió de forma temporal la campaña antidroga para «limpiar» de corrupción la Policía tras una primera fase en la que se produjeron más de 7.000 muertos en siete meses, de ellos más de 2.500 a manos de agentes.
La «guerra contra las drogas», que en su primera fase concedió impunidad a los asesinatos de supuestos traficantes y adictos, recibió duras críticas de países y organizaciones internacionales por presuntamente violar los derechos humanos de la población.
Limpiar Filipinas de drogas y narcotraficantes fue una de las promesas electorales que llevaron a Duterte a ganar las elecciones presidenciales celebradas el pasado 9 de mayo.
La campaña antidroga empezó el mismo día de su investidura, el 30 de junio. EFE