Subastarán un autorretrato del artista Jean-Michel Basquiat - 800Noticias
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EFE

Un autorretrato del artista Jean-Michel Basquiat, propiedad del bajista de U2, Adam Clayton, podría acercarse a los dos millones de dólares (1,8 millones de euros) en una subasta que la casa Christie’s de Londres celebrará el próximo 7 de marzo, según anunció hoy la compañía en un comunicado.

El cuadro, «Untitled» («Sin Título»), fue pintado por Basquiat (1960-1988) en 1982 y durante más de 25 años ha pertenecido al músico de la banda dublinesa U2, quien describe al artista neoyorquino como «el Jimi Hendrix de la pintura».

La casa Christie’s subastará este trabajo en una velada dedicada al «Arte de Posguerra y Contemporáneo» y estima que el precio de «Untitled» es de entre uno y 1,5 millones de libras (de 1,17 a 1,7 millones de euros).

Clayton compró el cuadro poco después de llegar con U2 a Nueva York para grabar el álbum «Achtung Baby» (1991), con el que el cuarteto irlandés quería explorar nuevos sonidos más electrónicos, tras el gran éxito cosechado con su anterior disco, «The Joshua Tree» (1987).

El bajista se interesó por Basquiat y su grupo de artistas en la «Gran Manzana», entre los que figuraban nombres como Keith Haring y Andy Warhol, «el abuelo de todo ese movimiento», explica Clayton en la nota de Christie’s.

«La idea de que todos estos jóvenes artistas sin experiencia en galerías pudieran dejar su sello en las calles de Nueva York -que pudieran ir a los clubes más de moda, que se mezclaran con la escena musical-, era muy excitante para mí», recuerda el músico, de 56 años.

Esa experiencia, dice, le confirmó en la creencia de que «pintura y música iban de la mano».

La casa Christie’s destaca que el autorretrato ofrece una visión sobre la «psique de Basquiat en un momento clave de su carrera» como «artista callejero itinerante que alcanza alturas meteóricas en un mundo desconocido».

En el cuadro, realizado con barra de óleo sobre papel, Basquiat «se retrata como un mártir», con una lágrima que le cae por la mejilla y los brazos entrándole en el cuerpo como flechas, «como un San Sebastián de la era contemporánea».

«A diferencia de otros autorretratos de Basquiat, este expresa la fragilidad de una persona que trata de asumir su nueva posición en el mundo e inyecta la patología más profunda en la narrativa de su dramática travesía de artista grafitero anónimo a superestrella internacional», agrega el experto de Christie’s Francis Outred.

A pesar de que su carrera fue fugaz, la obra de Basquiat, que falleció prematuramente a los 27 años, dejó una profunda huella en el panorama artístico de EE.UU por su compromiso en la denuncia de la situación política y social de su país, así como por su calidad, lo que le ha convertido en uno de los pintores más cotizados del mundo.

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