El opositor John McCain se tornó un aliado crucial de Obama sobre Siria - 800Noticias
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WASHINGTON (AFP) – La alianza, inmortalizada por una fotografía en la Casa Blanca, es sorprendente: John McCain, adversario de Barack Obama en las elecciones de 2008, se convirtió en un apoyo esencial del presidente en su campaña para obtener apoyo del Congreso a ataques contra Siria.

Con un marcado desdén, el senador McCain, del Partido Republicano, había tratado a Obama como una «celebridad» durante la campaña electoral de 2008, hizo todo lo que pudo para hacer fracasar la reforma del sistema de salud en 2010 y criticó con acidez la reacción estadounidense al ataque contra el consulado en Bengasi, en Libia, el 11 de septiembre de 2012.

Para completar el círculo, desde hace dos años es un crítico feroz ante lo que considera la inexistencia de una estrategia estadounidense para Siria.

Sin embargo, a los 77 años, McCain se convirtió en un aliado insustituible para Obama y su Partido Demócrata en diversos temas en los últimos meses, y en el Congreso se transformó en la más ferviente voz en favor del uso de la fuerza contra el gobierno de Bashar al Asad.

«El presidente está en su segundo mandato, y como todos los presidentes se preocupa por su legado, y sabe que puede tener confianza en mí, que yo respetaré mi palabra», dijo McCain a la AFP. «Él me llama, yo lo llamo, y he tratado de trabajar con él, es lo que la mayoría de las personas que me han elegido desean», añadió.

Electo en 1982 a la Cámara de Representantes y en 1986 al Senado, McCain conoce los horrores de la guerra: no puede elevar los brazos por encima de los hombros, a causa de las torturas sufridas durante los cinco años que pasó cautivo en Vietnam.

Pero el veterano senador está más vivo que nunca, y casi omnipresente en la televisión para hablar del drama sirio. Incluso, atravesó la frontera turco-siria, en territorio rebelde, para encontrarse con el líder del Ejército Sirio Libre, el general Selim Idriss, en mayo.

Inclusive la reforma migratoria, aprobada en el Senado en junio, debe a él parte del impulso, y sus colegas del Partido Demócrata lo ven como un interlocutor privilegiado en cuestiones como presupuesto y defensa.

«En la tradición de Ronald Reagan (…), yo siempre estoy listo para hacer compromisos sin traicionar mis principios», dijo a la AFP.

 

«Un realista idealista»

 

Pero en materia de política externa, el intervencionismo de McCain lo sitúa en una esfera especial dentro de su Partido Republicano.

En 2013 Estados Unidos no quiere más escuchar hablar de guerra, después de más de 4.400 soldados muertos en Irak.

«¿A cuál guerra se ha opuesto?», se preguntan sus opositores, quienes critican que el ‘halcón’ McCain ha reclamado sistemáticamente una mayor participación estadounidense en Bosnia, Irak, Afganistán, Georgia y Libia.

«Él es descripto como un realista idealista: cree profundamente que el poderío estadounidense debe ser utilizado para fines idealistas, pero es pragmático y realista en la aplicación de esa fuerza», dijo a la AFP su exconsejero diplomático en el Senado, Richard Fontaine, quien actualmente es presidente del Centro para una Nueva Seguridad Americana.

Sin embargo, McCain rechaza el rótulo de belicista. «Yo me opuse a mi presidente preferido, Ronald Reagan, cuando envió los Marines al Líbano», afirma cada vez que la cuestión resurge.

Pero una nueva generación de dirigentes más jóvenes -como Rand Paul, un líder del llamado ‘Tea Party’, a quien McCain llamó «pájaro loco»- comienza a adquirir influencia en el seno del Partido Republicano.

«Ellos son el lado malo de la historia. Ellos creen que nosotros estamos siempre en guerra», respondió Paul sobre McCain y sus allegados luego de una virulenta controversia sobre la cuestión de los aviones no tripulados (drones).

En el trato personal, McCain se tornó famoso por su lenguaje franco y su ya legendaria descontracción.

Durante una reciente audiencia en una comisión del Senado para discutir al cuestión siria con el secretario de Estado, John Kerry, McCain fue fotografiado por la prensa cuando jugaba el póquer en su teléfono celular. Expuesto, McCain incluso bromeó en su página Twitter que lo peor del caso fue que en realidad había perdido esa partida de póquer.

Para McCain, quien evalúa la posibilidad de un retiro de la política en 2016, «la idea de que me he tornado un viejo amargo, de que me transformé en un inconformista, todo eso es una estupidez. Yo soy el mismo tipo, lucho con pasión y trato de hacer lo que considero que está bien».

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