Obama alaba la recuperación de la economía en gira por Estados Unidos - 800Noticias
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Washington, Estados Unidos | AFP | La economía estadounidense mejora y el presidente Barack Obama es su principal publicista: viaja por todo el país mostrando las alentadoras cifras, con la esperanza que su curva de popularidad se acerque, al menos un poco, al ritmo del empleo.

 

El 2015 se anuncia difícil en el frente político para el mandatario estadounidense. El nuevo Congreso, que se inauguró el martes, estará controlado por sus adversarios republicanos.

 

Con los ojos puestos en la elección presidencial de 2016, los republicanos han prometido mostrarse combativos frente a algunos temas prioritarios de la agenda de Obama, como la energía, el sistema de salud o la inmigración.

 

En la economía, sin embargo, Obama tiene una buena mano y lo sabe: «Escojan el medidor que quieran. La recuperación de Estados Unidos es real», dijo a finales de diciembre, antes de partir de vacaciones.

 

Las cifras lo respaldan. La primera economía del mundo muestra un cuadro económico vigoroso: crecimiento anualizado de 5% del PIB en el tercer trimestre, un aumento inédito desde hace once años; el desempleo por debajo de 6%, y la moral de los hogares en su nivel más alto desde hace casi siete años.

 

En ese contexto, Obama comenzó este miércoles una gira hasta el 20 de enero, fecha de su discurso anual del Estado de la Unión, momento clave en la vida política estadounidense en el cual el mandatario expone sus prioridades para el año ante los legisladores.

 

Una fábrica de Ford en Wayne, en Michigan (norte), será la primera parada del periplo para un discurso centrado en el renacimiento del sector automotor. El jueves, hablará en un liceo de Phoenix (Arizona, suroeste) sobre nuevas medidas para ayudar a la población a alcanzar el «sueño americano» de obtener una casa.

 

El viernes, el turno es para la educación, en una universidad en Knoxville, en Tennessee (sur).

 

 

 

– ¿Sordo al mensaje de los electores? – 

 

Obama busca aprovechar un ligero rebote en su popularidad. Por mucho tiempo estancada alrededor de 40%, ahora retomó el ritmo al alza. Según la última encuesta de Gallup, 48% de los estadounidenses apoyan su labor, una cifra que no conocía desde el verano de 2013.

 

En una entrevista al periódico Detroit News publicada el miércoles, Obama expuso las decisiones que tomó a su llegada a la Casa Blanca, en 2009, que permitieron a los ensambladores de automóviles «regresar a la competencia», luego que casi desaparecieran durante la crisis económica.

 

En particular subraya el marco en el cual decidió, a principios de 2009, el rescate condicionado de Chrysler mientras algunos de sus asesores recomendaban concentrarse únicamente en General Motors y Ford.

 

Esa estrategia de comunicación de la Casa Blanca, que evoca una recuperación que «suscita la envidia de todo el mundo», según el portavoz presidencial Josh Earnest, formula una vieja discusión: ¿Qué tanta es la influencia del presidente en el estado de la salud de la economía estadounidense?

 

«La respuesta estándar entre los economistas, al menos cuando no hacen politiquería, es: no mucho», subraya el premio Nobel de economía Paul Krugman, sugiriendo que podría ser algo distinto en esta oportunidad.

 

«¿Es el presidente responsable por la aceleración de la recuperación? No», afirma en una columna en el New York Times. ¿Podemos sin embargo decir que estamos en una mejor posición que si la Casa Blanca estuviera ocupada por uno del otro partido? Sí», agregó, citando en particular el plan de reactivación.

 

Por el momento, los republicanos acusan a Obama de mantenerse sordo al mensaje que los electores enviado en las pasadas elecciones legislativas de noviembre con la derrota de los demócratas aliados del presidente.

 

Mitch McConnell, nuevo jefe de la mayoría en el Senado, reconocía a regañadientes que las cifras recientes son alentadoras. «Tras muchos años de un débil crecimiento, estamos finalmente viendo algunas estadísticas económicas que ofrecen una luz de esperanza», dijo el miércoles en el Congreso.

 

Pero el líder republicano añadió con malicia, sin llegar a establecer un vínculo de causa y efecto, que las buenas noticias coincidían «con el mayor cambio político» desde el arribo de Obama a la Casa Blanca: un nuevo Congreso en manos de los republicanos.

 

 

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