Muere leyenda del béisbol cubano Conrado Marrero, dos días antes de cumplir 103 años - 800Noticias
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LA HABANA, (AFP) – El exbeisbolista cubano Conrado Marrero, que jugó en la década de 1950 en las Grandes Ligas en Estados Unidos y era su jugador más longevo, falleció este miércoles en La Habana dos días antes de cumplir 103 años.

«En las primeras horas de esta tarde falleció Conrado Marrero Ramos, uno de los mejores pitchers que haya dado la pelota nacional», informó el portal de noticias Cubadebate, sin precisar las causas de su muerte.

Conocido como ‘El Premier’ o el ‘Guajiro de Laberinto’, por el nombre de la finca donde nació en la provincia central de Villa Clara el 25 de abril de 1911, Marrero jugó para el desaparecido equipo de los Senadores de Washington de 1950 a 1954, luego de jugar en clubes de la isla.

Apodado «Connie» por sus compañeros de las Grandes Ligas, vivía con un nieto en un modesto apartamento en La Habana, no lejos de la Plaza de la Revolución y del Estadio Latinoamericano, el principal coliseo del béisbol cubano.

«Adiós, Guajiro. Good bye, Connie», tituló Cubadebate al anunciar el deceso de Marrero, quien era el exjugador de las Grandes Ligas con más edad, tras la muerte en febrero de 2011 de Anthony Malinowski, que jugó los Dodgers de Brooklyn.

Aunque estaba ciego, en silla de ruedas y con problemas de audición, Marrero festejó lúcido y con buen humor cuando cumplió sus 100 años, el 25 de abril de 2011.

«No pensé nunca llegar a los 100 años, pero ha ido pasando el tiempo, hasta que se me jodieron los ojos. Entonces me dije, se jodió esto, porque cuando vaya de paseo allá (la muerte) no voy a ver nada», expresó en esa ocasión.

Sin tener la estatura y peso corporal que requieren los grandes lanzadores (1,66 m y 75 kg), Marrero brilló por su gran control que le permitió ascender en un deporte adonde llegó tarde, en 1938, a los 27 años.

En la liga nacional amateur jugó con el club Cienfuegos (centro-sur) entre 1939 y 1945, pasó después a profesional con los equipos Oriente, Almendares y Marianao (1946-58), lapso en que también lanzó para los Senadores de Washington.

Al triunfo de la revolución de Fidel Castro en 1959, aunque tuvo oportunidad de emigrar, se quedó en la isla como entrenador y fue maestro de astros del box cubano como Braudilio Vinent y Ciro Silvino Licea.

Cuando le dijeron el cariño que sentía el pueblo por él, Marrero respondió: «Yo he querido más al pueblo, que el pueblo a mí, yo preferí vivir en Cuba».

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