Joan Manuel Serrat busca confirmar en México su veta de soñador - 800Noticias
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EFE

Muchos años después de haberse declarado en una de sus canciones icónicas como un soñador de pelo largo, el catalán Joan Manuel Serrat cree que algunas de sus emociones juveniles persisten, lo cual tratará de confirmar desde este jueves en la parte mexicana de su gira «Mediterráneo Da Capo».

«Pelo largo hay, lo que pasa es que no en el cien por cien y se distribuye de forma heterogénea; la capacidad de soñar no está intacta, pero sí vigente», contestó Serrat a una pregunta de Efe en una presentación ante los medios mexicanos.

Serrat iniciará  en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México una serie de nueve conciertos que incluirá también presentaciones en Puebla, Guadalajara y Monterrey, como parte de su gira «Mediterráneo Da Capo».

«Es un disco fundamental, por el momento en el que lo hice, y fundamental en mis conciertos de estos años», señaló.

Piezas clásicas de Serrat como «Mediterráneo», «Aquellas pequeñas cosas», «Tío Alberto», «Lucía», «Vagabundear» y las demás que componen el disco serán escuchadas en el principal centro cultural del país en un concierto cuya segunda parte incluirá otras piezas antológicas del artista.

Exiliado en México luego de criticar al régimen franquista en España, Serrat conoció a mediados de la década de 1970 la hospitalidad del país y vivió experiencias que lo marcaron, según refirió.

«El realismo mágico y el surrealismo aquí está en las calles, en esa explosión, y se da en la cotidianeidad, en el color, la comida, la música, el baile, en cómo entender la vida y la muerte. Por eso es tan atractivo México, porque el realismo mágico está ahí», señaló.

Una noche, cuando vivía en México, Serrat soñó con una calle que llevaba al mar, no soportó vivir lejos del Mediterráneo y en una salida poética se fue Chapala, en el estado de Jalisco, donde tomó una barca y se quedó en el medio del lago de la localidad.

«Me fui a la laguna, me quedé en el centro; ahí sustituí a mi Mediterráneo, armando mis ajustes acuáticos», confesó.

Serrat insistió en su cercanía a México y al referirse a la relación con la gente del país recordó que lleva medio siglo con amigos, viéndolos prolongar sus familias, viéndolos morir, soñando con ellos y dejando jirones de la vida.

«México ha sido mi casa, ha sido mi patio de los juegos, mi lecho nupcial; una vida que tiene un recorrido al que si le quitaras México no se entendería», señaló.

Aunque evitó mostrarse melancólico sobre el pasado, Serrat dedicó unos minutos para hablar de uno de sus mejores amigos, el nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014), quien escribió en México «Cien años de soledad», su obra más reconocida.

«Tuvimos una íntima relación cuando vivió en Barcelona recién publicada ‘Cien años de soledad’. Tuvimos una íntima relación hasta el punto de que no le devolví una colección de vallenatos que me prestó para que aprendiera a amar la música colombiana», recordó.

Serrat insistió en lo simbólico de las canciones que interpretará desde mañana en México como parte de una gira comenzada el año pasado y dijo que ninguna de las canciones le causa hastío.

«Ninguna la canto forzado. Las canto con gusto y con una relación de viejos camaradas que pasaron muchos años juntos», concluyó.

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