El FMI dispuesto a asumir el papel del «malo» en la crisis griega - 800Noticias
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Washington, Estados Unidos | AFP | El FMI pierde paciencia con Grecia, país al que ha reiterado sus exigencias, pero también con la Unión Europea, a la que reprocha sus titubeos, aún a costa de asumir el papel de «malo» en esta crisis.

Hasta ahora el Fondo Monetario Internacional dejaba que sus socios europeos se felicitaran por «las discusiones constructivas» con Atenas sobre las reformas reclamadas euros de un nuevo préstamo.

Pero la sucesión de infructuosas reuniones en Bruselas llevó al Fondo a elevar el tono bajo el impulso de su directora general, Christine Lagarde, harta de las dudas de los europeos y de los desaires de Atenas.

El primer cañonazo provino del habitualmente mesurado portavoz del FMI, quien el jueves pegó un puñetazo sobre la mesa e hizo referencia a «las grandes diferencias» con Atenas sobre las jubilaciones y la tributación. «Aún estamos lejos de un acuerdo», afirmó Gerry Rice.

Algunos días después fue el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, quien salió a la palestra para pedir a los europeos que tomen «decisiones difíciles»: aceptar un alivio de la deuda o un nuevo plan de ayuda, que los dirigentes de la eurozona tendrían dificultades para vender a sus votantes.

Esta línea dura, nunca mencionada hasta ahora fuera de las reuniones internacionales a puertas cerradas, no ha mejorado ciertamente la popularidad del FMI en Atenas, donde el primer ministro griego, Alexis Tsipras, denunció martes la «responsabilidad criminal» de la institución. También reveló las tensiones con Europa, que en 2010 había asociado a regañadientes al FMI al plan de ayuda a Grecia por insistencia de Alemania.

«Fue un error invitar al FMI a la mesa de negociaciones. Angela Merkel lo pidió en aquella época y se equivocó, porque ese problema debió haber quedado en la familia europea», declaró el eurodiputado francés Alain Lamassoure al diario Les Echos.

 

– Credibilidad –

Al exponer sus quejas en la plaza pública, el FMI sabe que se convertirá en blanco de críticas. Pero la institución está convencida de no tener más alternativa en un momento en el que se acercan fechas decisivas, particularmente la del fin del actual plan europeo en Grecia, el 30 de junio.

«El FMI quiere intensificar la presión sobre los europeos. Se acerca el final del juego y todos queman sus últimos cartuchos», declaró a la AFP Andrea Montenino, quien fue representante de Italia en el consejo de administración del FMI hasta 2012.

Desde hace varios años la disputa sobre la deuda envenena las relaciones entre los acreedores de Grecia. Durante una pulseada precedente a fines de 2012, los países europeos lograron el apoyo del FMI con la promesa de un gesto sobre la deuda griega, que luego postergaron para días mejores.

Pero el tiempo urge para el FMI y su credibilidad. El Fondo, que en teoría sólo puede prestar a un país cuando su deuda se considera sustentable, debió modificar sus reglas para desembolsar una ayuda récord a Grecia (48.000 millones de euros prometidos en total), que suscitó malhumores internos.

«El trato especial reservado a Grecia alimentó la frustración de muchos países emergentes, que consideran que fue injusto», explicó a la AFP Desmond Lachman, exdirectivo del departamento Europa del FMI.

El FMI quiere pasar la página y exige el compromiso formal de los europeos de aliviar la deuda griega, sin el cual no desembolsará nuevos préstamos para Atenas.

La encrucijada no es menor si se tiene en cuenta que Atenas podría no pagar los cerca de 1.500 millones de euros que le debe al FMI antes del 30 de junio, con el consiguiente riesgo de erosionar la credibilidad de la institución.

«El FMI podría ser el primero en perder dinero y está haciendo todo lo posible por preservar sus recursos», opinó Montanino, actualmente investigador en el Atlantic Council de Washington.

A todo esto se agrega otro problema, más político. El mandato de Christine Lagarde al frente del FMI se termina en julio de 2016 y la salida de la crisis griega influirá decisivamente en el caso de que aspire a ser reelegida.

«Si Grecia se derrumba y entra en default con el FMI, será un inmenso fracaso para ella», predice Lachman.

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