Advierten sobre incremento de delitos en Centro Comercial Plaza Las Américas
Nota de prensa
El centro comercial Plaza Las Américas de El Cafetal viene sufriendo en el último año de un dramático incremento en las cifras de robos, hurtos y delitos en comercios e instalaciones. Así lo señaló David Fory, copropietario del centro comercial, quien dirige una escuela de música de la que, según explicó, fue robada dos veces por los amigos de lo ajeno el pasado mes de marzo.
Aseguró que la situación es de alto riesgo tanto para los copropietarios como para los visitantes, quienes son víctimas constantes de robos de celulares y hurto de carteras que se han vuelto una situación repetitiva en el conocido espacio comercial. “Estamos azotados por una ola de robos menores, producto de fallas tanto de la vigilancia interna como de la falta de una mayor presencia policial en el lugar”.
Denunció que en cuanto a la vigilancia interna, esta no se da abasto para cubrir áreas tan extensas ni posee la tecnología mínima necesaria para atender este tipo de situaciones, por lo que exhortó a las autoridades de la junta de condominio así como a la Policía de Baruta a trabajar en conjunto en un efectivo plan de prevención de la criminalidad, “por el bien y la seguridad de las cientos de personas que nos visitan a diario”.
Dijo que unos 8 comercios sufrieron distintos tipos robos solo en el mes de marzo y precisó que en su caso, se llevaron desde instrumentos musicales, hasta el café que tenían en la cocina del local. “Urge una acción inmediata por parte de las autoridades municipales y las del centro comercial porque no podemos perder la identificación que tienen los vecinos de El Cafetal por el centro comercial al ser el lugar donde vienen a pagar sus servicios, hacer mercado o simplemente hacer vida en un rato de esparcimiento”.
Recordó que en mayo del año pasado apuñalearon a un señor en el cuello dentro del centro comercial en medio de un asalto. “Hemos sufrido hasta secuestros como el de una joven en la planta baja del centro comercial que milagrosamente logró escapar y también el de un copropietario que fue sacado a la fuerza desde su propio local: Vivimos con la espada de la violencia en la espalda”.
