Ursulinas, educación y Sister Carmelita, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Las ursulinas en el mundo han desarrollado una gran actividad, sobretodo educativa. Su fundadora, Ángela Merici, tuvo el mérito de fundar la primera comunidad religiosa femenina para educar niñas en pleno periodo del renacimiento que estaba marcado por el lujo, la prosperidad económica y el florecimiento artístico. Muchos reclamaban las reformas de las costumbres, la gente empezaba a alejarse de Dios por las herejías de Martín Lutero y su separación de la iglesia católica.
Ángela se crio en una familia católica campesina muy creyente, donde se vivía con el pensamiento de Dios donde se rezaba en familia el rosario y todas las noches se leía la vida de un santo como ejemplo y modelo de vida.
Ya de adulto, a Ángela le dolía ver cómo las niñas de campos y pueblos que visitaba no sabían leer ni escribir y sabían poquísimo de religión, por eso, decidió invitar a unas amigas y organizarlas para enseñar catecismo en cada barrio y en cada vereda. Se fue formando así un grupo de mujeres que se dedicaban a la oración y a la enseñanza.
Su idea de la vida religiosa era muy avanzada para su época, al levantar su voz basándose en el evangelio buscaba educar a las niñas y hacer que sus colaboradoras vivieran cada una en su casa en medio del mundo, de modo de ser fermento desde cada hogar, transformaba así el ideal de la vida religiosa que para las mujeres era la vida dentro de un convento en ese tiempo.
En esa búsqueda de educar a las niñas, que no tenía quién las educara ni las librara de los inmensos peligros y que las nuevas teorías estaban llevando a la gente a querer organizar la vida como si Dios no existiera, fundó en 1535 en Brescia, Italia, una sociedad dedicada a la formación cristiana de las niñas pobres, conocida como la comunidad de las hermanas ursulinas, en honor a santa Úrsula, una santa mártir del siglo cuarto que junto con 11 amigas murieron por defender su religión y su castidad.
Santa Úrsula era considerada como la patrona de la juventud y de las universidades de la edad media. En el mundo entero existen ursulinas dedicadas a la educación, hoy especialmente recordamos a una de ellas, Sister Carmelita, quien en momentos históricos muy difíciles de Venezuela y el mundo, ante la escasez de religiosas para educar siguiendo el ejemplo y los principios de santa Ángela Merici, se negó a perder la labor educativa que venían haciendo desde hacía muchísimos años y fue así como consiguió mantener el colegio con muy pocas religiosas y con laicos muy cercanos, formándolos en el ideal ursulino.
Juntos podrían seguir educando a niñas y jóvenes, mantener las labores apostólicas y misioneras y seguir adelante. Sister Carmelita entregó su vida por la educación de la juventud femenina venezolana.
Hoy, a 15 años de su partida al cielo, sus exalumnas que seguirá siendo siempre sus alumnas, la recuerdan con inmensa gratitud porque ella enseñó que, con voluntad, educación, esfuerzo, siguiendo el ideal de cortesía, lealtad, valor, lograremos cambiar el mundo pues como decía Santa Ángela, “si formamos buenas madres cristianas, ellas recristianizaran al mundo”, y añadía Sister Carmelita, “será un mundo mucho mejor porque con Dios siempre ganamos”.