Secretos egipcios desentrañados
800 Noticias | Foto: referencial
Cualquiera que haya visitado Egipto tiene la sensación de que la muerte parece dominar todos los escenarios de la vida, ya que durante las visitas organizadas se suele dedicar buena parte de la estancia a recorrer todo tipo de tumbas monumentales de grandes personajes. Tumbas en las que se ven reflejadas escenas del más allá decorando las paredes, además de papiros, sarcófagos y momias en museos que nos hablan de la otra vida y de la incorruptibilidad del cuerpo.
En definitiva, los egipcios parece que han tratado de ser eternos para siempre, pero en realidad, la obsesión era poder vivir en el más allá como en la tierra, como en su vida cotidiana. Por tanto, la religión debemos considerarla como una religión para la vida, prolongar la vida terrena en el más allá, con sus mismas condiciones, estatus, familia y actividades lúdicas.
Las tumbas, ya fuesen excavadas en la roca o mastabas y pirámides construidas en piedra, tenían una mayor duración y resistencia que los edificios civiles que solían ser de adobe, permitiendo así una mayor pervivencia en el tiempo, convirtiéndose muerto y tumba en inmortales.
Como ya ocurría con otras muchas religiones previas a esta, la civilización egipcia estaba completamente convencida de la vida después de la muerte, pero eran conscientes de que todo estaba controlado por los dioses y, por tanto, debían realizar en vida ofrendas a estos para que en la vida de ultratumba les fueran favorables.
Esta idea de ultratumba les llevó a la creación de toda una serie de costumbres funerarias y rituales que perduraron a lo largo de los siglos hasta el punto de influir en otras religiones posteriores.
La literatura funeraria a lo largo de los milenios
Desde las primeras dinastías se constatan en el antiguo Egipto, junto a los nombres de los dioses del panteón egipcio, diferentes rituales funerarios que denotan una preocupación clara por la vida en el más allá, la muerte y todo lo que acontece a su alrededor.
Todas las ideas sobre el origen del mundo, la vida después de la muerte o los rituales fueron recogidos por los teólogos en una serie de textos antiguos conocidos hoy como los Textos de las Pirámides, ochocientos salmos encontrados en las pirámides de los reyes y reinas de las dinastías VI a VIII (2500 a. C.). Algunos de los ritos más importantes son los que explican el procedimiento para realizar un embalsamamiento correctamente, ya que con ellos se aseguraban la pervivencia del cuerpo tras la muerte y posterior viaje al inframundo.
Adaptación a los tiempos
En el Periodo tardío o Baja época destacan otros libros como el Libro de las Respiraciones, posiblemente de Época Saíta, en el que destaca su confesión negativa, o el Libro del Viaje por la Eternidad con un prólogo o introducción dirigido al difunto.
En época grecorromana los ritos se hicieron accesibles para los griegos gracias, entre otros factores, al sincretismo religioso mediante el culto a Serapis, mitad Osiris mitad Apis, así como la adaptación de los nombres de dioses griegos para designar dioses egipcios, lo que llevo incluso a nombrar con nombres griegos a las ciudades como Apolinópolis, o como Afroditópolis.
También durante el Imperio romano se elaboraron textos nuevos como el Ritual de Embalsamamiento o el Libro de las Respiraciones; plasmándose en ellos la idea de justicia divina que desarrollaremos después.
La llegada del cristianismo no impidió la continuación de esta práctica milenaria, ya que tampoco contradecía la creencia en la resurrección, tal como se ha descubierto en necrópolis cristianas donde se seguía practicando la momificación, aunque con procesos simplificados.
Con información de Muy Interesante
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