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El petróleo de esquisto pone a prueba el peso de la OPEP en el

mercado mundial de crudo

 

VIENA, 31 Mayo 2013 (AFP) – El auge de la producción de petróleo de esquisto en Estados Unidos pone a prueba el peso y la influencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el mercado mundial de crudo, aunque los analistas disienten sobre su impacto a largo plazo.

«No es tanto una cuestión de saber si el petróleo de esquisto tendrá impacto para la OPEP, que lo tendrá, sino cuál será su intensidad», afirma Fawad Razaqzada, de GFT Markets.

«No creo que tenga necesariamente un impacto sobre la demanda, aunque el exceso de producción forzará los precios a la baja», asegura este experto en energía.

Desde que la Agencia Internacional de la Energía (AIE, países industrializados consumidores) anunció a mediados de mayo que la producción de petróleo de esquisto está generando «un choque de oferta» que se expande a todo el mundo, el tema esta en boca de todos los actores del mercado energético global.

Según la AIE, la producción en Estados Unidos y Canadá aumentará considerablemente la oferta global de petróleo y ayudará a calmar un mercado «relativamente tenso» en los últimos años.

Esa agencia de la OCDE augura que la producción global de crudo aumentará en 8,3 millones de barriles al día (mbd) entre 2012 y 2018, hasta alcanzar los 103 mbd, y que ese incremento vendrá en gran parte de países fuera de la OPEP y en concreto de América del Norte (3,9 millones de barriles al día).

Pero al ritmo actual de producción, el petróleo de esquisto y el conjunto de petróleos llamados no convencionales, incluyendo el petróleo ligero (‘tight oil’, que se extrae principalmente en Dakota del Norte), son todavía una parte muy pequeña del mercado.

«Estados Unidos siempre ha tenido fuentes de energía propias ¿Cuánto petróleo de esquisto está produciendo? Poco», sentenció el viernes en Viena el ministro ecuatoriano de Recursos Naturales No Renovables, Pedro Merizalde, tras la reunión en que la OPEP decidió mantener en 30 millones de barriles diarios su cuota de producción.

El cartel fundado en 1960 representa el 35% del total de la producción mundial.

A la largo de la semana, los ministros de los doce países de la OPEP han intentado minimizar el impacto de este nuevo competidor en el mercado mundial.

El secretario general de la organización, Abdalá El Badri, reconoció que el tema era seguido con atención, aunque agregó: «No creo que sea una gran amenaza», y añadió con una sonrisa: «Cuando se termine el petróleo de esquisto, la OPEP seguirá ahí».

Para El Badri, se trata de una evolución del mercado y no de una auténtica revolución.

¿Un cartel en declive?

En lo inmediato, el boom de producción de crudo no convencional está afectando a los países africanos de la OPEP, muy dependientes de sus exportaciones hacia Estados Unidos.

«Sobre todo a los países del oeste de África, porque producen petróleo ligero (‘light sweet’) y el petróleo de esquisto es sobre todo ligero», explica Torbjorn Kjus, analista en DNB.

La ministra del Petróleo de Nigeria, Diezani Alison-Madueke, confirmó el viernes en Viena su preocupación.

«Es algo que nos preocupa mucho [en Nigeria], aunque respetamos la potestad de Estados Unidos para ser autosuficiente en su producción de gas y petróleo», dijo la ministra, que está buscando oportunidades en el mercado asiático.

«Está claro que Asia tiene muchas necesidades energéticas para seguir creciendo aunque China podría muy pronto empezar a producir petróleo y gas de esquisto», recordó.

Tampoco los analistas están de acuerdo en el alcance de la ‘revolución’ del esquisto.

«La realidad es que la principal preocupación para la OPEP en lo inmediato no es el petróleo de esquisto de Estados Unidos sino la demanda global y la ralentización en la zona euro y en China», dijo Jason Schenker, analista en Prestige Economics.

«En Estados Unidos, el boom de la industria acompañado por una campaña mediática ha llevado a la percepción de que los petróleos no convencionales serán un recurso adicional que se pondría entre los primeros. Pero nosotros creemos que será una parte más de la producción global», explica Johannes Gross, de la consultora JBC Energy .

Más allá del impacto concreto del petróleo de esquisto de Estados Unidos, los nuevos actores del mercado energético representan también un desafío para la OPEP.

«Además de Estados Unidos, la producción de petróleo también está en plena expansión en Rusia y Noruega, por lo que la influencia de la OPEP en los precios es cada vez más significativa», afirma Fawad Razaqzada.

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