San Camilo de Lelis, patrón universal de los enfermos, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
Camilo de Lelis, nació el 25 de mayo de 1550 en la región de los Abruzos en Italia, fue un adolescente rebelde, apasionado por los juegos de azar, a las tabernas, a las apuestas, situaciones que le produjeron grandes contratiempos, se enroló en el ejercito de la ciudad de Venecia para luchar contra los turcos pero contrajo una enfermedad en la pierna que le hizo sufrir toda su vida.
En 1571 ingresó como paciente en el hospital Santiago de los incurables en Roma, donde más tarde trabajó como criado. Nueve meses después fue despedido a causa de su temperamento revoltoso y por su adicción al juego.
En 1574 apostó en las calles de Nápoles, sus ahorros, sus armas, todo lo que poseía y perdió hasta la camisa que llevaba puesta, por este vicio lo perdió y empezó a vivir en la calle mendigando y vagando sin meta hasta que fue acogido en el Convento de los Capuchinos de Manfredonia, quienes lo asumieron como empleado para trabajar en el convento que se estaba construyendo.
Una reflexión espiritual del Guardián del convento lo llevó a una profunda conversión, Camilo cayó de rodillas, llorando pidió perdón por sus pecados y se encomendó a la misericordia de Dios; así comenzó su conversión alrededor de 1575 cuando Camilo tenía 25 años, desde entonces comenzó una nueva vida de penitencia y completa sumisión a Jesucristo.
Solicitó ingresar en los Capuchinos e inicio el noviciado, pero la enfermedad de su pierna impidió su profesión religiosa y regresó al Hospital de Santiago dónde se consagró al cuidado de los enfermos. A los 30 años decidió hacerse sacerdote, estudio bajo la guía de San Felipe Neri y inició en el Colegio Romano, ahora universidad Gregoriana para iniciar sus estudios eclesiásticos.
A pesar de la burla de sus jóvenes compañeros que lo discriminaban porque lo encontraban demasiado viejo para decidirse por el sacerdocio, se ordenó sacerdote el 26 de mayo de 1584. Con sus colaboradores fundó la Orden de los ministros de los enfermos a los que llaman ahora también religiosos camilos.
Camino redactó unas reglas que debía definir la figura de servidor de un enfermo, de estos religiosos enfermeros de la compañía. A los votos de castidad, pobreza y obediencia agregó un cuarto voto: asistencia de los enfermos, incluso con peligro de muerte; además les exigía una adecuada cultura y preparación científica porque la caridad por si sola no bastaba para salvar vidas humanas.
Como la orden era de sacerdotes, los camilos además de aliviar físicamente a los que sufrían dándoles atención médica, podían dar la unción de los enfermos y así ayudaban a salvar almas. Esta orden religiosa de los camilianos se extendió rápidamente por toda Italia como grupos de monjes que servían en pequeños y en grandes hospitales.
Camilo de Lelis falleció el 14 de julio de 1614 a los 64 años en el convento de Magdalena, sede su orden. La orden de los Camilos es precursora de la Cruz Roja, Camilo trataba cada enfermo como si estuviera ante el mismo Jesús, porque lo reconocía como hijo de Dios y sabía que con Dios ¡siempre ganamos!
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