Prueban una vacuna que previene el impacto del alzhéimer en el cerebro
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La demencia afecta en la actualidad a más de 55 millones de personas y la enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente (constituye alrededor del 60-70% de todos los casos), según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la tercera edad hay más probabilidades de desarrollar alzhéimer, por lo que la prevalencia de la enfermedad está aumentando con el envejecimiento de la población.
Los científicos intentan encontrar fármacos capaces de prevenir o retrasar la aparición de esta demencia que deteriora drásticamente la calidad de vida de los pacientes y sus familiares. Ahora, una nueva vacuna experimental que se dirige a las células del cerebro inflamadas que se relacionan con el alzhéimer podría prevenir o alterar el curso de la enfermedad, según los resultados de un estudio preliminar presentados en las Sesiones Científicas de Ciencias Cardiovasculares Básicas 2023 de la American Heart Association.
“La enfermedad de Alzheimer ahora representa entre el 50% y el 70% de los pacientes con demencia en todo el mundo. La nueva prueba de vacuna de nuestro estudio en ratones apunta a una forma potencial de prevenir o modificar la enfermedad. El desafío futuro será lograr resultados similares en humanos”, ha declarado el autor principal del estudio, Chieh-Lun Hsiao, becario postdoctoral en el departamento de biología y medicina cardiovascular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Juntendo en Tokio (Japón). “Si la vacuna pudiera resultar exitosa en humanos, sería un gran paso adelante para retrasar la progresión de la enfermedad, o incluso prevenirla”.
Cómo funciona la nueva vacuna contra el alzhéimer
La nueva investigación se basó en otras anteriores, como una realizada por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Juntendo que desarrollaron una vacuna para eliminar las células senescentes que expresan la glicoproteína asociada a la senescencia (SAGP), que mejoró enfermedades relacionadas con la edad, como la aterosclerosis y la diabetes tipo 2 en ratones. Otro estudio previo comprobó que las SAGP se expresan en gran medida en las células gliales de las personas con alzhéimer.
Los autores del nuevo trabajo tuvieron en cuenta estos hallazgos y probaron su vacuna en ratones con el objetivo de atacar las células sobreexpresadas con SAGP para tratar la enfermedad de Alzheimer. Para ello diseñaron un modelo de ratón con alzhéimer que imita un cerebro humano y simula la patología de esta enfermedad inducida por la acumulación de proteína beta amiloide.
Los investigadores administraron a los ratones una vacuna de control o la vacuna SAGP, a los dos y cuatro meses de edad. Generalmente, los pacientes en la última etapa de la enfermedad de Alzheimer no muestran ansiedad, lo que indica que no son conscientes de lo que sucede en su entorno. Sin embargo, los ratones que recibieron la vacuna tenían ansiedad, lo que significa que eran más cautelosos y conscientes de las cosas que los rodeaban, algo que, según los investigadores, podría indicar una reducción de la enfermedad. Además, también disminuyeron varios biomarcadores inflamatorios de la enfermedad de Alzheimer.
Los principales hallazgos del estudio son:
- La vacuna SAGP redujo significativamente los depósitos de amiloide en el tejido cerebral localizado en la zona de la corteza cerebral, que se encarga del procesamiento del lenguaje, la atención y la resolución de problemas.
- Los astrocitos –las células más abundantes de la glía en el cerebro– y otras moléculas inflamatorias específicas disminuyeron de tamaño en los ratones tratados con la vacuna, y se observó una reducción en otros biomarcadores inflamatorios, lo que indica que la inflamación en el cerebro mejoró en respuesta a la vacuna SAGP.
- Los ratones que recibieron la vacuna SAGP respondieron significativamente mejora a una prueba de comportamiento tipo laberinto a los seis meses de edad que los que recibieron la vacuna placebo. Los ratones vacunados con SAGP tendieron a comportarse como ratones sanos normales y mostraron más conciencia de su entorno.
Los investigadores también comprobaron que la proteína SAGP se encuentra muy cerca de células cerebrales especializadas llamadas microglía, que desempeñan un papel en la defensa inmunitaria del sistema nervioso central. La microglia ayuda a eliminar la placa dañina formada por proteínas, pero también contribuye a la inflamación cerebral que puede deteriorar las neuronas y agravar el deterioro cognitivo, lo que podría ser una de las causas de la aparición y progresión de la enfermedad de Alzheimer.
Con información de WebConsultas