Los bebés íberos inhumados no murieron por rituales
EFE | Foto: Referencial
Los bebés de la cultura íbera (VIII-I a. C.) inhumados en contextos domésticos murieron por causas naturales, como complicaciones en el parto o prematuridad, y no por prácticas rituales, concluye un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en España.
En el estudio, los investigadores han analizado los dientes de los esqueletos de 45 niños aplicando una metodología innovadora de microscopia óptica y micro fluorescencia con luz de sincrotrón para estudiar la línea neonatal dental y con la que han identificado con precisión tanto el momento del nacimiento como el de la muerte.
Los investigadores han analizado esqueletos de bebés de cinco yacimientos arqueológicos de época íbera en la región española de Cataluña y han publicado su estudio en la revista Journal of Archaeological Science.
El análisis aporta «evidencias muy precisas a favor de la hipótesis de que estos recién nacidos enterrados en contextos domésticos murieron principalmente por causas naturales y que, por lo tanto, son un reflejo de la elevada mortalidad infantil durante el primer año de vida en el periodo estudiado», según la UAB.
La metodología innovadora utilizada en el estudio está basada en el análisis histológico y elemental (tejido y composición química) de los dientes deciduos o temporales (dientes de leche) presentes en los esqueletos de los bebés.
El estudio ha permitido visualizar mediante microscopia óptica las líneas de crecimiento de la corona dental que se generan al formarse los dientes durante la vida intrauterina y hasta poco después del nacimiento, e identificar así la presencia de la línea neonatal que se produce en el momento de nacer.
De esta manera, se ha podido identificar el momento del nacimiento de los individuos y su supervivencia, así como determinar con mucha precisión la edad cronológica en el momento de la muerte.
La investigación concluye que casi la mitad de los 45 bebés estudiados murieron durante el periodo perinatal, concretamente entre la semana 27 de gestación y la primera semana de vida.
Así mismo, determina que la gran mayoría de las muertes perinatales fueron por no haber sobrevivido a darles a luz y que muchos de los bebés fallecieron debido a nacimientos prematuros.
Los investigadores han observado también que de la veintena de bebés que sobrevivieron más allá de la primera semana de vida, el más longevo solo llegó a los 67 días.
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