Lacalle Pou: Uruguay entendió el uso de la libertad ante el COVID-19
Infobae
“Se negó a confinar de una manera obligatoria a los uruguayos, y se limitó a recomendarles que tomaran las precauciones que recomendaba la sanidad de su país. Y esta concesión a la responsabilidad de los uruguayos ha funcionado extraordinariamente bien (…) Va a ser uno de los países que menos va a sufrir las consecuencias de esta terrible pandemia”. Con esas palabras presentó el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, al presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, durante una videoconferencia organizada este jueves por Fundación Libertad, de la que participó Infobae.
En casi una hora de exposición, el mandatario explicó cómo su país, uno de los pocos que no decretó una cuarentena obligatoria para hacer frente al coronavirus, ha tenido éxito para contener la propagación del brote. Aunque aclaró: se trata, hasta el momento, de un “éxito relativo, porque ésto está lejos de estar terminado”.
Apenas 12 días de haber asumido la presidencia del país, el 13 de marzo pasado y mientras volaba al norte del país para participar de la cosecha de arroz, recibió la noticia de los primeros cuatro casos de COVID-19. Participó del evento, y a la vuelta convocó a su consejo de ministros y a la comisión de emergencia del país.
“Esa noche, con cuatro casos suspendimos las clases, los espectáculos públicos, y cerramos las fronteras. Al otro fin de semana, del viernes 20 al lunes 23, se da el epicentro de la discusión nacional sobre la cuarentena obligatoria. Para mí fue un momento de mucha soledad e introspección. Ex presidentes de la República, distintas gremiales, la opinión pública en general, nos pedían cuarentena obligatoria. Todos decían que para un gobierno era lógico, o la medida más fácil, decretar la cuarentena obligatoria. Pero desde el principio tuve claro que no lo iba a hacer”, comentó el jefe de Estado.
Y explicó por qué se negaba a tomar esa medida, que fue adoptada por la gran mayoría de los países de América Latina, y así y todo registran muchos más casos de contagios y muertos por COVID-19: “Iba contra todo lo que yo creo, que es la libertad del individuo. libertad del relacionamiento, libertad de una nación…”.
El jefe de Estado recordó que el sindicato médico le recomendó el 23 de marzo ir hacia una cuarentena obligatoria: “Yo les pregunté si alguien estaba dispuesto a encarcelar a un uruguayo que salía a hacer el peso, a parar la olla, si alguien en serio estaba dispuesto a un régimen policíaco. Me acordé de una frase que me dijo un ex ministro uruguayo, recientemente fallecido, Antonio Mercader, en una discusión: los latinos tienen leyes rígidas de cumplimiento flexible. Y eso me ha marcado durante toda mi carrera”.
Pero reconoció que no fue una decisión sencilla tras analizar las primeras proyecciones: “El 23 de marzo yo pedí modelos predictivos, que era algo difícil porque casi no había en el mundo. Tuve dos modelos, uno decía que en Uruguay iba a haber 1.200 casos activos, que me parecía razonable. Y el otro, me dijo que se iban a enfermar 250.000 personas. Así que la decisión de decir que no a la cuarentena fue más compleja en base a esos datos que teníamos”.
A día de hoy, el país sudamericano reporta 902 infectados, de los cuales 815 ya se encuentran recuperados; mientras que 26 personas murieron por el virus. Además, cuenta con cerca de 13.000 testeos por millón de personas, uno de los mejores registros de la región.
“Hoy lo puedo decir con tranquilidad, fue hasta el momento exitoso. ¿Y por qué fue exitoso? Asumo que fue una especie de asfixia de libertad, de que se sintió el individuo, que su persona, sus actos, no solo iba a determinar su vida, la de su familia, la de sus seres queridos y la de la sociedad. No fue la inspiración ideológica o la esencia de un presidente. Sino que el Uruguay entendió y aplicó su libertad de manera responsable. Desde el viernes 13 de marzo al lunes 13 de abril, el Uruguay se apagó, se cerró. Y el que tuvo que trabajar de determinada manera, lo hizo. Pero uno miraba Montevideo, todo el país, y había un acatamiento ejemplar. Cuando uno veía las gráficas del mundo, el Uruguay era apenas una pendiente en ascenso muy leve, después vino la meseta, y hoy tenemos 5 o 6 veces más recuperados que gente con el virus activo”, indicó Lacalle Pou.
“Tal fue el éxito relativo que tuvimos, que el 22 de abril pudimos reabrir la sociedad desde el Estado. Al mismo tiempo, o días después, se retornó la educación rural, que había sido la que había quedado más alejadas de las plataformas digitales, y encima no estaban afectados por el virus. Primero se hizo con muy poca participación, y hoy está toda la educación del país abierta y funcionando”, agregó.
Sobre este proceso de reapertura, el presidente uruguayo señaló que anoche firmó “un decreto para la reapertura de espectáculos públicos”. Recordó, además, que el fútbol está por retornar, mientras los equipos volvieron a los entrenamientos.
Pese a la difícil situación que atraviesa tanto Uruguay como el mundo por la pandemia, Lacalle Pou consideró que esta crisis sanitaria “abre una preciosa oportunidad para recuperar la confianza social, para recuperar la buena fe entre las partes, y no creer que las relaciones humanas están signadas en la creencia de Hobbes, que el hombre es el lobo del hombre”.
Con apenas tres meses de gestión, adelantó que la “libertad” será un faro de su Gobierno. “Va a ser un faro que va a dejar a un pueblo andando, que va a ser mucho más dueño, propietario, de su destino. El empoderamiento de los ciudadanos va a hacer que nosotros los gobernantes nos tengan más cercano en el control”. Subrayó la importancia de la “libertad responsable”. En esa línea, diferenció entre “libertad y libertinaje”.
En esta lucha contra el coronavirus también destacó el trabajo de la ciencia: “No cuenta con muchos recursos en nuestro país, pero siempre se ha destacado, incluso en el resto del mundo. Tenemos gente de primer nivel que nos da back up en todas las aperturas que estamos haciendo en la vida social”.
No obstante, Lacalle Pou sostuvo que la lucha contra el coronavirus continúa, y que no deben relajarse, pese a los resultados alentadores alcanzados hasta el momento. Al respecto, citó como ejemplos los brotes que se registraron primero en el departamento de Rivera, en el norte del país, y más recientemente en Treinta y Tres, donde el pasado fin de semana se detectaron 18 casos de infectados, por lo que 215 personas fueron puestas en cuarentena, y las autoridades suspendieron las clases hasta el 3 de julio. “Fue un golpe medio duro porque veníamos bárbaro, veníamos con 12 casos activos, y ahora estamos en 60. Pero la mayoría de esos casos son de Treinta y Tres, pero lo vamos a controlar. El sistema de salud está respondiendo, y el grupo de científicos está bastante al día”.
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