Hígado graso, la enfermedad que puede terminar en cirrosis o cáncer
Agencias
Existen algunas enfermedades especialmente insidiosas, que progresan en nuestro interior sin provocar ningún síntoma que nos alarme hasta que ya es tarde y se han producido daños irreparables. Por esta razón, nunca está de más someterse a revisiones periódicas de la salud en general, ya que muchas veces son la única manera de detectar a tiempo estas patologías.
Una de estas patologías es lo que conocemos como hígado graso no alcohólico. Según explica a la agencia EFE el hepatólogo Jorge Luis Poo, expresidente de la Asociación Mexicana de Hepatología, «el hígado graso es una enfermedad silenciosa que, de no atenderse de manera oportuna, puede tener diversas complicaciones, incluso la muerte».
Existen algunas enfermedades especialmente insidiosas, que progresan en nuestro interior sin provocar ningún síntoma que nos alarme hasta que ya es tarde y se han producido daños irreparables. Por esta razón, nunca está de más someterse a revisiones periódicas de la salud en general, ya que muchas veces son la única manera de detectar a tiempo estas patologías.
Una de estas patologías es lo que conocemos como hígado graso no alcohólico. Según explica a la agencia EFE el hepatólogo Jorge Luis Poo, expresidente de la Asociación Mexicana de Hepatología, «el hígado graso es una enfermedad silenciosa que, de no atenderse de manera oportuna, puede tener diversas complicaciones, incluso la muerte».
«Una enfermedad silenciosa»
Tal y como explica este experto, el hígado graso es el resultado de la acumulación de ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas, principalmente como resultado de la obesidad, la diabetes y la hiperlipidemia (exceso de lípidos en la sangre).
«Tradicionalmente», señala, «se dice que nuestro hígado tiene hasta un 5% de grasa. Cuando acumulamos más que eso, decimos que hay hígado graso no alcohólico, lo que puede causar inflamación, fibrosis, cirrosis y más adelante cáncer de hígado».
El problema, no obstante, radica en que se trata de un trastorno sin síntomas claros y de difícil diagnóstico, lo que aumenta considerablemente el riesgo de complicaciones letales.
«El tratamiento es normalizar el peso»
«El hígado», detalla Poo, «es un órgano que no suele presentar síntomas hasta que el problema está muy avanzado y con complicaciones. Es por esto que la diferencia entre un diagnóstico a tiempo y el tratamiento tardío puede salvar la vida del paciente».
De hecho, la estrategia pasa por eliminar los principales causantes del problema: «el tratamiento consiste fundamentalmente en la normalización del peso y el aumento de la actividad física. El sobrepeso y la obesidad son modificables mediante cambios en el estilo de vida. Además se debe evitar el alcohol y los medicamentos innecesarios», explicó el hepatólogo.
Por 20minutos