¿Es posible calentar Marte?
Redacción 800 Noticias
Científicos de todo el mundo están investigando diferentes métodos para calentar el planeta rojo y hacerlo habitable para los humanos. Una de las propuestas más interesantes consiste en utilizar gases como los clorofluorocarbonos y modificar el polvo marciano para retener el calor en la atmósfera. Sin embargo, esta tarea presenta desafíos técnicos y éticos significativos. ¿Será posible convertir Marte en un nuevo hogar para la humanidad?
El Marte moderno tiene una atmósfera delgada de dióxido de carbono (CO2) que proporciona muy poco calentamiento de invernadero, es decir, no retiene suficiente calor para mantener las temperaturas superficiales del planeta elevadas. Esto significa que la mayor parte del calor del Sol se pierde rápidamente al espacio, resultando en temperaturas extremadamente frías en la superficie marciana. Las condiciones, entonces, son en su mayoría inhóspitas, con una presión atmosférica muy baja y una exposición significativa a la radiación cósmica y solar. Los científicos le llaman a eso en el argot técnico “ventanas espectrales”.
Las ventanas espectrales son rangos específicos de longitudes de onda en los que la radiación térmica puede escapar de la atmósfera de un planeta al espacio sin ser absorbida por los gases de efecto invernadero. En el planeta rojo, y como la atmósfera actual es delgada y tiene poca capacidad para atrapar calor, estas ventanas espectrales están abiertas y permiten que el calor se escape. En una investigación publicada en Science, un grupo de científicos propone un método para cerrar esas ventajas espectrales: utilizar gases como los clorofluorocarbonos (CFC). Estos gases son una clase de compuestos químicos que contienen cloro, flúor y carbono. En la Tierra, los CFC se usan para refrigerantes, propulsores de aerosoles o solventes.
En nuestro planeta, estos gases son de efecto invernadero porque absorben la radiación infrarroja que emite la superficie del planeta y la reemiten en todas direcciones, incluida de vuelta hacia la superficie, creando un efecto de calentamiento. La idea sería introducirlos en Marte y usarlos para cerrar estas ventanas espectrales y atrapar más calor, aumentando la temperatura superficial del planeta. Se necesitaría una gran cantidad, alrededor de 100.000 megatones de flúor, estima la investigación, un elemento que es escaso en la superficie de Marte. Para este reto, los investigadores tienen una solución: usar el aerosol de polvo natural de Marte.
El polvo de Marte, explican en el estudio, está compuesto principalmente de minerales ricos en hierro y con un tamaño de partícula pequeño, que se eleva a gran altitud y que está presente en la atmósfera marciana. Durante el día, el polvo natural ya tiende a reducir la temperatura superficial del planeta. Los investigadores sugieren entonces que se podría modificar las partículas naturales de polvo de Marte para mejorar su capacidad de interactuar con la radiación y la luz solar. Lo harían creando unas nanobarras conductoras. Estas barras serían de materiales como aluminio o hierro, serían de 9 micrómetros de largo, aproximadamente el doble del tamaño de una mota de polvo marciano, y estarían diseñadas para ayudar a retener el calor en la atmósfera marciana, similar a cómo funcionan los gases de efecto invernadero en la Tierra.
Con información de El Espectador
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