¿Es más beneficioso consumir miel que azúcar?
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La miel de abeja ha sido utilizada durante años para endulzar las infusiones, para dar sabor a algunos alimentos, e incluso como un aliado en la medicina natural.
Este ingrediente es sin duda un alimento del que se pueden aprovechar por sus múltiples beneficios para el cuerpo y la salud en general.
Por ejemplo, consumir una cucharadita de miel en ayunas aporta la energía que necesitas para comenzar el día, debido a todos los nutrientes que posee; incluyendo vitaminas B, C, ácido fólico, minerales como hierro y zinc, y antioxidantes.
Además, ingerir una pequeña dosis en ayuna ayuda a limpiar las vías sanguíneas y por tanto a que la irrigación de la sangre se dé adecuadamente, mejorando el funcionamiento de los órganos, incluido el cerebro.
La miel
Contiene azúcares simples como la fructosa y la glucosa, agua y, en menor cantidad, vitaminas (B y C) y minerales. La miel es un 18% de agua y un 82% de azúcares, la gran mayoría de ellos son azúcares libres.
Su composición, sin embargo, es variable en función de la variedad de plantas a partir de las cuales se ha obtenido el néctar. También influye la época del año, las condiciones climáticas y el suelo, así como el cuidado de las abejas por parte del apicultor e incluso las horas de recolección.
Este ingrediente era el único endulzante natural que existía hace unos años, en la actualidad, de todos los endulzantes que existen, la miel es el más natural.
Beneficios
Expertos indican que no existe ningún otro alimento natural con mayor combinación de nutrientes, lo cual convierte a la miel en una fórmula óptima para la salud.
Estos son los beneficios que el consumo de miel aporta a la salud:
– Estimula procesos metabólicos.
– Disuelve y elimina la grasa corporal.
– Ayuda a reducir el colesterol malo y a aumentar el bueno.
– Es anticancerígena y rica en antioxidantes.
– Potencia el sabor de los alimentos con los que se mezcla.
– Permite conciliar el sueño.
– Antiséptica y bactericida.
– Laxante.
– Diurética.
– Reparador dérmico y cicatrizante.
– Contrarresta la irritación de garganta, faringitis y amigdalitis.
– Calma los escalofríos.
– Favorece el sistema digestivo, ayuda a metabolizar los alimentos, previene y alivia las digestiones pesadas. También puede ser útil si se padecen problemas de estreñimiento.
– Impide la formación de óxidos que puedan provocar la descomposición celular.
Debes saber que…
El consumo de miel natural de manera periódica puede ser un buen complemento a cualquier dieta para prevenir enfermedades cardíacas o del sistema inmunológico.
Por otra parte, para asegurarte de que compras una miel de calidad, elige la que muestre un tono oscuro y una textura consistente y espesa.
La miel clara y líquida que puede encontrarse en muchos supermercados generalmente ha perdido sus cualidades nutritivas en gran medida debido a que son sometidas a altas temperaturas para que gane en apariencia.
Este es un producto que se debe conservar a temperatura ambiente, tapado y en un lugar fresco.
Si la miel cristalizó en el interior del recipiente, podrás devolver su textura líquida y suave rápidamente, sólo tienes que introducir el envase de miel sin la tapa en el microondas y calentar a máxima potencia 1 o 2 minutos.
¿Se puede congelar?
Si se congela la miel, perderá sus virtudes, especialmente su contenido de vitaminas y enzimas.
La miel puede conservarse durante dos años. Sin embargo, si la miel se utiliza con fines terapéuticos para que conserve sus propiedades, debe mantenerse alejada de la humedad y el calor y especialmente de la radiación UV.
Por tanto, los frascos de miel deben ser guardados en el armario y nunca debería estar en la cocina a la luz.
¿Azúcar o miel?
La azúcar es el edulcorante más utilizado en los productos ultraprocesados, principalmente en las llamadas comidas chatarras.
Numerosos estudios relacionan un patrón de alimentación con productos azucarados con problemas de caries, obesidad, diabetes, acné y otras afecciones de salud.
Por su parte, la miel tiene estudios que destacan sus propiedades nootrópicas (para la memoria), antiinflamatorias, antimicrobianas, e incluso posee propiedades que permiten aumentar las defensas y ayuda en los procesos de cicatrización.
No obstante, el uso de cualquiera de estos edulcorantes debe hacerse con moderación, es decir, evitando su exceso para no tener consecuencias negativas para la salud.