Emiten la primera multa por basura espacial
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La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos ha marcado un hito histórico al emitir la primera multa relacionada con la basura espacial. La reconocida empresa de televisión Dish fue condenada a pagar 150.000 dólares por no mover uno de sus satélites a una órbita segura.
No obstante, más allá de la relevancia simbólica, este castigo sentencia un precedente para una industria que, hasta ahora, ha movido satélites a su antojo. Así lo recoge el MIT en una publicación que aborda por qué es tan importante este primer paso en la lucha contra la basura espacial.
Imagínate lanzar una lata de refresco en plena autopista. Peligroso, ¿verdad? Así es el espacio cuando satélites inactivos y cohetes vacíos vagan sin control. Ahora, las empresas satelitales deberán pensarlo dos veces antes de abandonar equipos en órbita.
Si bien la multa puede parecer modesta, el golpe reputacional de Dish fue contundente: su valor en bolsa se desplomó más del 13%. Otras compañías podrían verlo como una tarifa de limpieza estandarizada para sus servicios. Incluso Japón ha estudiado lanzar satélites de madera, por imposible y extraño que parezca.
Dish no cumplió con su promesa de relocalización de su satélite en desuso
En 2002, EchoStar-7 fue lanzado a una órbita geoestacionaria, aproximadamente a 36.000 km sobre la Tierra. Una década después, Dish se comprometió a trasladarlo 300 km más arriba al final de su vida útil.
Siguiendo el ejemplo anterior, imagina ahora un coche abandonado en mitad de la carretera. Lo cierto es que debido a la escasez de combustible, Dish solo elevó su satélite poco más de 120 km sobre la órbita geoestacionaria, quedando 178 km por debajo de lo prometido.
Pero, ¿por qué es tan relevante este desliz? La FCC ha mencionado que este cambio en la ubicación podría representar problemas de desechos orbitales, es decir, podría causar colisiones o daños a otros satélites.
Más de un millón de piezas de basura espacial orbitando la Tierra
La Agencia Espacial Europea estima que hay más de un millón de piezas de desecho de más de un centímetro orbitando la Tierra, y sí, algo tan pequeño puede deshabilitar una nave espacial. De hecho, ya se han registrado incidentes en el pasado.
En 2021, un desecho impactó en un brazo robótico de la Estación Espacial Internacional, dejando un agujero de cinco milímetros. Estos incidentes no solo son peligrosos, sino que ponen de manifiesto la necesidad de una gestión responsable de nuestros objetos en el espacio.
La FCC ya ha comenzado a adoptar medidas preventivas. Por ejemplo, ahora exige que los satélites en órbita terrestre baja sean retirados en menos de cinco años tras finalizar su misión. Pero no todos los casos son tan sencillos.
Mientras el espacio sigue siendo una frontera en expansión, esta multa marca un paso importante para mantenerla limpia. Las implicaciones globales son claras: es hora de responsabilizarnos de nuestro desorden espacial.